LA SEGUNDA DOSIS

Alfonso Rojo: «El PP tiene que aclarar si ha aprendido o sigue tan cagón como antaño»

Creo que les he confesado muchas veces que yo no veo televisión.

Para ahorrarme disgustos y no escuchar bobadas, mi consumo televisivo se limita casi exclusivamente a los acontecimientos deportivos, pero uno vive en familia y el menor de mis hijos, que por cierto empieza estos días la Universidad, tiene el vicio de conectar el telediario, justo antes de que nos sentemos a cenar o almorzar.

Y eso ha hecho que haya escuchado en el informativo que la Fiscalía, esa que dirige la socialista Dolores  Delgado, ex ministra de Sánchez, novia del ex juez Garzón y la que les decía a Villarejo y otros comisarios de Policía en una comilona eso de ‘Marlaska es maricón’, acusa al Rey Juan Carlos de haber amasado una fortuna como ‘comisionista internacional’.

A renglón seguido, han aparecido en pantalla la vicepresidenta segunda del Gobierno, la podemita Yolanda Díaz el ministro del Interior, Grande-Marlaska (PSOE), y el portavoz adjunto delo PSOE y los tres han puesto cara de pena y han dicho que es un tema delicado pero que se deje trabajar libremente y con independencia a la Fiscalía.

Deben creer que los españoles somos lelos, porque si algo no es la Fiscalía es libre y mucho menos independiente.

Actúa la novia de Garzón al dictado de Sánchez y si ahora se monta esta pajarraca con el Rey Juan Carlos es porque el Gobierno socialcomunista no sabe cómo meterle mano al recibo de la luz y necesita urgentemente cortinas de humo.

Así que ya saben que de eso del Viejo Rey aquí no van a oír ni palabra, como tampoco verán muchas cosas en Periodista Digital.

Quien quiera hacerle el juego al departamento de agitación y propaganda de La Moncloa, que lo haga, pero no seremos nosotros.

Aquí, hasta que el Gobierno socialcomunista aprenda a sumar, vamos a seguir de momento con el recibo de la luz, que está ya un 217% más alto que hace un año y amenaza con subir un 45% más en los próximos meses, con el megavatio hora en los 200 euros.

El asunto se las trae, porque el personal tiene todavía viva en la memoria la furibunda campaña que socialistas y podemitas lanzaron contra el Gobierno Rajoy cuando la luz subió el 30% en tres años.

El rojerío está probando su propia medicina, porque aquellos precios de eran de risa, comparados con los de ahora y eso se va a notar seguro cuando a la gente le den la oportunidad de votar.

Así que, Sánchez… apaga y vámonos o, mejor dicho, apaga y vete.

Sobre esto de la electricidad lo más ingenioso que he oído en las últimas horas ha salido de la boca de Carlos Herrera.

No sé quien soltó en su programa de radio que los de Podemos tienen sus propias ideas al respecto y la estrella de la COPE, con esa voz de encantador de serpientes que Dios le dio, se limitó a comentar:

 “En lo que se refiere a enchufes, cierto es que los de Podemos son unos especialistas”.

Aunque haya habido vacaciones, los tontos no descansan y ha irrumpido con fuerza un tal Félix Bolaños para demostrarlo.

Bolaños, flamante ministro de la Presidencia y sustituto de Ivan Redondo como gurú máximo de La Moncloa, ha dicho muy serio, a propósito de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. que ‘los jueces no pueden elegir a los jueces’, dejando claro que los que deben decidir son ellos, los políticos.

La frase se las trae, porque la democracia consiste, precisamente, en lo contrario: poderes separados para garantizar la independencia y evitar así las tentaciones totalitarias del Ejecutivo.

El Gobierno Sánchez pretende elegir también a los jueces, invadiendo de manera flagrante el ámbito de la Justicia y acabando definitivamente con la separación de poderes.

El PSOE, cuando el que mandaba era Felipe González y Alfonso Guerra soltó aquella burrada de ‘Montesquieu ha muerto’, impuso una reforma legal que politizó fatalmente la Justicia española.

Eso fue en 1985, pero el PP de Rajoy, en 2013 con una mayoría absoluta tan grande como la que habían tenido González y Guerra, incumplió su programa electoral al renunciar a corregir el modelo de elección de vocales, con el que los partidos políticos mangonean instituciones como el Consejo General del Poder Judicial.

El PP tuvo la ocasión perfecta para abordar de una manera definitiva la despolitización de la justicia, y no lo hizo.

Ahora dicen Pablo Casado y los del PP que quieren acabar con eso y que no pueden compincharse otra vez con el PSOE.

Aseguran ser firmes partidarios de que los jueces elijan a los jueces y que haya de verdad una Justicia independiente.

Me parece muy bien y lo apoyo, pero me acuerdo de que también clamaban contra la estulticia de la Ley de Memoria Histórica de Zapatero y cuando pudieron, porque Rajoy contaba con una mayoría absoluta abrumadora, ni la tocaron.

De aquí a las elecciones generales creo que el PP tiene que aclarar si ha aprendido la lección o sigue tan cagón como antaño.

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