Esta semana la Presidenta de la Comunidad de Madrid ha realizado un viaje oficial a los Estados Unidos de América, en los que ha visitado las ciudades de Nueva York y Washington, celebrando numerosos encuentros y reuniones.
Su cargada agenda se ha centrado en cuestiones económicas y culturales, habiendo establecido contactos, que estamos seguros serán beneficiosos para Madrid y los madrileños en un futuro no muy lejano, por ejemplo, con fondos de inversión, Bloomberg, la Organización de Estados Americanos o el Banco Interamericano de desarrollo.
La parte económica, por tanto, del viaje, es fundamental y responde a ese trabajo de la Presidenta y de su gobierno de promocionar este Madrid en el que las oportunidades se multiplican en beneficio de todos, y en el que creando un ambiente seductor para los grandes inversores internacionales, éstos acudirán a arriesgar su dinero en una región cosmopolita, abierta al mundo y con vocación de superarse día a día.
Ciertamente, Madrid que es una Comunidad leal con el Estado, cuenta con el hándicap de un gobierno de la nación que pone bajo sospecha al inversor, que persigue a los emprendedores y que tiene un afán recaudador impositivo cada día mayor.
De la misma manera, como todos los ministerios de exteriores saben gracias a sus cuerpos diplomáticos en Madrid, este Gobierno de PSOE-Podemos, se siente más cómodo con la subvención que con la inversión, con la inseguridad e inestabilidad jurídica que con lo contrario, y con el contacto con los regímenes que se acercan a lo que en la diplomacia internacional se llaman “Rogue States o Estados Gamberros”.
La segunda parte del viaje, la cultural, con reuniones como en la Hispanic Society of America o el Caucus Hispano del Congreso, también es un asunto vital para España como nación responsable con su pasado, su presente y su futuro.
En momentos en que se desacredita aquella gran aventura y epopeya civilizadora que fue el descubrimiento de América, seguramente apoyados en los “teóricos” de guardia procedentes de la propia España (aquí el papel de Podemos, como en tantos otros males que nos afectan, es seguramente causal y protagonista), Madrid ha decidido que ante la incomparecencia del Gobierno de Pedro Sánchez, la reivindicación de la riqueza de nuestro legado en el Mundo debe ser reivindicada. Y la Presidenta, que precisamente nunca se ha arredrado ante las batallas culturales e ideológicas, hace bien en hablar bien de España en todos los sitios, también en los foros más antihispánicos, por llamarlos de alguna manera.
Por tanto, los aspectos económico y cultural han sido bien cubiertos en este viaje de la Presidenta, cumpliendo además uno de los objetivos estratégicos de su legislatura, queno es otro que la promoción exterior de Madrid. Cabe recordar que en su primera legislatura, la Presidenta potenció la presencia de Madrid en el Comité de Regiones europeo, además de estrechar relaciones con los embajadores más relevantes que hay en Madrid.
Por ello, desoyendo a críticas insustanciales de rivales políticos con no mucha más sustancia, y que siguen en la línea de ridiculizar a la Presidenta y la acción de su gobierno sin datos objetivos, y ojo, sin haber aprendido nada de las elecciones del 4 de mayo, Isabel Diaz Ayuso va a seguir en esta tarea de dar a conocer esta Madrid atractiva para el inversor y también para el turista, con la misma pasión y éxito que le pone a todo su trabajo.
