Se nos ha vendido “la cabra” de que algo cambió en el mundo tras el “Mayo del 68”. ¡Mentira! ¡Patraña! No cambió absolutamente nada, salvo el domicilio de aquellos “líderes progres” de trenca y piojo que cambiaron su humilde ´pisito´ de barrio, por un lujoso chalet en una verde y señorial cañada.
Tras el sobrevalorado mayo francés, lo único que se demostró es el eterno divorcio entre los que incendian las calles, y la tozuda realidad de las urnas. El divorcio entre la inmensa mayoría del pueblo silente y las escandalosas minorías chillonas que, coleta al viento y megáfono en mano, mandan y ordenan lo que todos los demás tenemos que hacer.
¿Cuántas veces cambian de piel las serpientes? La historia de Dany el rojo, ´el coletas-moños´ del mayo francés
En la imagen, Daniel Cohn-Bendit, el conocido ‘Dany el Rojo’, líder revolucionario del mayo francés, que terminó subiéndose al carro de la política que tanto había criticado, viviendo del cuento desde entonces. En la actualidad reconvertido en ‘Dany el Verde’, líder del ´rollo´ ecologista europeo, ha pasado de icono de las revueltas del 68, a adalid de Emmanuel Macron en su carrera a la presidencia de Francia. ¿Cuántas veces mudan de piel las serpientes?
La primavera sangrienta de Praga
Pero volvamos a aquel famoso mayo de 1968. Mientras los jerarcas del Partido Comunista Francés y los líderes sindicalistas franceses de marisco y canapé se fotografiaban, todo lo que podían y más, con los” pijos progres” que quemaban París, en se mismo momento, en Checoslovaquia, los ́democráticos ́ tanques soviéticos reprimían a sangre y fuego las revueltas de estudiantes y obreros, en la llamada “Primavera de Praga”, que había estallado contra la dictadura comunista vigente.
El resultado en la capital checa fue de ciento ocho manifestantes muertos, quinientos heridos, y miles de estudiantes y obreros encarcelados y torturados en las checas´´ del gobierno social comunista.
Cuando los votos hablan, los megáfonos callan
Por el contrario, en Francia, como consecuencia de las manifestaciones del mes de mayo, se disolvió la Asamblea Nacional, y se adelantaron las elecciones legislativas al mes de junio. Pero poco les duró la euforia a los organizadores de las revueltas que habían hecho caer al gobierno. El resultado fue que la coalición de la derecha, que hasta ese momento gobernaba en el país galo, y que habían sido la aporreada piñata de todas las revueltas, pasó de tener una mayoría estrecha, a arrasar en las urnas y obtener la mayoría absoluta. El tiro por la culata.
El Partido Comunista Francés, que era quien había respaldado y capitalizado los desórdenes callejeros, sufrió un descalabro electoral de antología, al perder más de la mitad de los diputados que hasta ese momento tenía.
Los socialistas de François Mitterrand, representados por el partido “FEDERACIÓN DE LA IZQUIERDA DEMOCRÁTICA Y SOCIALISTA”, no salieron mejor parados, perdiendo la mitad de sus diputados.
La Asamblea francesa quedó constituida por 91 diputados pertenecientes a partidos de izquierda, frente a 396 diputados de los partidos de derecha. El pueblo había hablado.
En democracia no representa a la mayoría el que más grita, sino el que más votos saca
En democracia no representa a la mayoría el que más chilla, sino el que más votos saca, y al que no le guste lo tiene fácil, que se vaya a Corea del Norte a protestar, donde pintar solo un ´graffiti´ contra el Gobierno basta para ser condenado a la pena capital. Pero claro, de eso nadie habla…; como tampoco se habla de los tanques soviéticos por las calles de Praga.
En la imagen podemos ver cómo los social comunistas, una vez alcanzan el poder, tratan a los manifestantes y disidentes.