“Antisistema; el masaje sin final feliz”

“Antisistema; el masaje sin final feliz”
Meme de Pedro Sánchez. PD

No sé por qué será que los movimientos antisistema, una vez alcanzan el poder, terminan por convertirse en dictaduras policiales, militaristas, represivas con los disidentes, así como con una compulsiva debilidad por marcar el paso de la oca en sus numerosos, intimidatorios y chulescos, desfiles armados.

Tanto bolcheviques, como nacionalsocialistas y fascistas, nacieron el siglo pasado, como movimientos antisistema.

Alcanzaron el poder, abusaron de él y lo perdieron, pero no sin antes convertir el siglo XX en el más sangriento y fratricida de la Historia de la Humanidad.

Ahora estamos en el siglo XXI, y los antisistema comienzan a florecer, mientras sus gurús, iluminados, y profetas varios, comienzan a posicionarse para asegurarse una poltrona vitalicia y a ser posible hereditaria, como en el caso de Corea del Norte, o Cuba.

Para que los antisistema triunfen tan solo hace falta que las masas estén irritadas, y aquí, en esta labor de tocar las pelotas ciudadanas, tenemos a todo un líder.

La mala noticia es que la inmensa mayoría no estamos cabreados, sino lo siguiente.

La buena noticia es que, a pesar de la LOGSE, y la nueva ley que permitirá pasar de curso sin aprobar, en España, aún somos mayoría las personas con un mínimo de cultura; el mínimo necesario para poder tener una visión global de las ideologías y lo que cada una ha traído en la práctica.

Al final, lo único cierto es que las llamadas clases medias están desapareciendo a la carrera. A partir de ahora, bajo el nuevo Orden Mundial, tan solo quedarán dos clases sociales: Los de arriba (una selecta minoría de capirote y mandil), y los de bajo, la gran masa cabreada.

Pero lo que los nuevos antisistema nos ofrecen como alternativa, en la práctica es más de lo mismo, ya que cada vez que uno de éstos voceras revolucionarios de megáfono y tarima, llámese Hitler, Lenin, Mao, Mussolini, Fidel, o el padre del enano cabezón que manda en Corea del Norte, alcanza el poder, se termina la democracia y además –para más inri- en nombre de la propia ´democracia´.

Personalmente pienso que toda proyección antisistema (y yo soy antisistema, aunque sin perro ni flauta), que no persiga la creación y fortalecimiento de una gran clase media, así como una separación real de los tres poderes (legislativo, ejecutivo, y judicial), pues muchas gracias, pero no me interesa.

Por cierto, no deja de ser revelador que fuese el poeta italiano Marinetti, el creador del Manifiesto Futurista, quien con sus postulados antisistema inspirara tanto a Benito Mussolini, como al poeta Vladímir Mayakovski, creador de los eslóganes propagandísticos de la revolución bolchevique, y aclamado por los soviets como el poeta de la Revolución… Claro, hasta que cayó en desgracia ante Stalin, por su excesivo “individualismo”, y obviamente lo suicidaron.

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Autor

Antonio Gil-Terrón Puchades

Antonio Gil-Terrón Puchades (Valencia 1954), poeta, articulista, y ensayista. En la década de los 90 fue columnista de opinión del diario LEVANTE, el periódico LAS PROVINCIAS, y crítico literario de la revista NIGHT. En 1994 le fue concedido el 1º Premio Nacional de Prensa Escrita “Círculo Ahumada”. Ha sido presidente durante más de diez años de la emisora “Inter Valencia Radio 97.7 FM”, y del grupo multimedia de la revista Economía 3. Tiene publicados ocho libros, y ha colaborado en seis. Actualmente escribe en Periodista Digital.

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