Una aviesa estrategia para trocear el voto y favorecer al sanchismo.
Federcio Jiménez Losantos tiene muy claro que el conglomerado de partidos que están surgiendo como setas bajo el paraguas de la España Vaciada no es más que una cortina de humo para que no se vea lo que en realidad hay detrás.
En su análisis semanal de este 28 de noviembre de 2021, en Libertad Digital, el periodista de Orihuela del Tremedal (Teruel) deja bien claro que hay gato encerrado:
En las muchas siglas y referencias provinciales, comarcales o locales que conforman ese Frankenstein Chico que es la llamada España Vaciada, creado para reforzar el Frankenstein Grande de Sánchez, los comunistas de género, la ETA y los golpistas catalanes, falta algo: no tiene lengua. Se dirá que Teruel Existe, Soria ya, Cuenca ahora, Jaén sí, Milana Bonita y demás proyectos de escaño comparten una lengua común que es el español. Pues no.
Afea a esas formaciones que no tengan una defensa férrea del español como lengua vehicular:
No hay reivindicaciones lingüísticas entre tantísimo partido, partida o partide. Se ve que la defensa de lenguas de cultura marginadas, como la fabla o el bable, tiene ya abogados en los grandes partidos de izquierdas o desertores de derechas, como Foro Asturias. Pero la mayor desposesión de los millones de ciudadanos que migraron a otras partes de España, que es la de su lengua para escolarizarse o cualquier uso público, no es ni siquiera nombrada como lazo común. ¿Y por qué? Porque esa reivindicación los uniría a VOX e impediría la alianza básica del PSOE con los separatistas.
Añade que la España Vaciada no defiende los derechos de sus propios paisanos:
La discriminación del español es el arma de destrucción de España, y los que más la sufren son los de la España Vaciada. ¿Por qué no defienden los derechos de sus paisanos estos adalides de la repoblación del campo abandonado, tan preocupados por los trenes? Todos los partidos de la E.V. pide mejores comunicaciones. ¿Y no anima a dejar el pueblo por la ciudad?
Asegura que a los representantes de esas formaciones no les interesa el bien común, sino asegurarse sus ingresos a final de mes:
Retirarse a la esfera privada huyendo del tráfago de la vida pública es una tradición de honradez y austeridad cívica, nada que ver con los revillas y guitartes, que son cortesanos advenedizos, cazasueldos y trincapempleos. Los guitartes de la España Vaciada no tienen granjas sino granjerías. No buscan mejorar desde su serrería el sector maderero, ni desde sus bares el sector turístico. Son políticos de aluvión, rebotados de partido, que han encontrado en el agravio y el rencor una ideología que produce sueldos. Pero el efecto en el sistema representativo español es demoledor. Ya no representan a la nación, sino a la región, a la provincia, a lo local, que tiene su propio ámbito de representación.
Para Losantos no son más que aprendices de quienes pretenden trocear España:
Son alcaldes con ínfulas de ministros. Imitan al patán cántabro o al caradura valenciano de Cutanda, pero usan la misma técnica de los que quieren trocear España. Yo creeré en la honradez de los vaciados que apoyen Hablamos español. Si no, es que son lacayos de Sánchez, de los comunistas de Caracas, de la ETA y del separatismo catalán. Con el agravante de valerse de los desvalidos, los muy rufianes.