El comunismo no es más que CAPITALISMO DE ESTADO

“Arriba y abajo”

El individuo no corre mejor suerte, al ser éste troquelado por la uniformidad castrante y castrense del Estado Totalitario

“Arriba y abajo”
Stalin brindado en honor de Hitler tras la firma del pacto nazi-soviético, Molotov-Ribbentrop. PD

Cuando el individuo pierde su identidad, aplastado por la borreguil masa, teledirigida y manipulada a su antojo los grandes lobbies mediáticos, tal y como ocurre en Occidente, ya no es más que la sombra de aquel ser que nacido libre, pronto vio cómo su mente era esculpida cual pieza adocenada de un materialista engranaje, en el que su vida estaba claustrofóbicamente encajada, programada, y organizada al milímetro, desde el mismo día de su nacimiento, hasta el día de su ´ regulada ´ muerte.

Pero cuando nuestra mirada se dirige a la izquierda vemos que, en aquellos países donde se aplican a las tesis marxistas, el individuo no corre mejor suerte, al ser éste troquelado por la uniformidad castrante y castrense del Estado Totalitario, y su personalidad fundida en un repugnante “todo” que lo anula como ser, convirtiéndolo en una pieza prescindible del “sistema”. Un perverso sistema construido sobre la espalda de una sumisa y acojonada masa, en la que el individualismo y el libre albedrío son consideradas como palabras subversivas contra la diosa revolución; esa insaciable y sanguinaria divinidad que necesita la continua utilización de la pena de muerte para sustentarse en su tenebroso altar.

Pero el colmo de los colmos, a la hora de avasallar los derechos individuales de la persona, en paraísos marxistas como China, se da cuando, no satisfechos con la masiva aplicación de la pena capital, se convierte a los condenados a muerte, en forzados proveedores de un macabro mercado de órganos humanos, vendidos a beneficio del Estado.

Al fin y al cabo, el comunismo no es más que CAPITALISMO DE ESTADO; el eficiente y deshumanizado capitalismo elevado a su máxima potencia, donde –digan lo que digan– seguirán habiendo dos clases sociales: los que mandan y los que obedecen; los de arriba y los de abajo; los del smoking y la copa de champagne, y los de la alpargata y el bocadillo, o, simplemente, la alpargata sin bocadillo.

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Autor

Antonio Gil-Terrón Puchades

Antonio Gil-Terrón Puchades (Valencia 1954), poeta, articulista, y ensayista. En la década de los 90 fue columnista de opinión del diario LEVANTE, el periódico LAS PROVINCIAS, y crítico literario de la revista NIGHT. En 1994 le fue concedido el 1º Premio Nacional de Prensa Escrita “Círculo Ahumada”. Ha sido presidente durante más de diez años de la emisora “Inter Valencia Radio 97.7 FM”, y del grupo multimedia de la revista Economía 3. Tiene publicados ocho libros, y ha colaborado en seis. Actualmente escribe en Periodista Digital.

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