Obviamente no ha pedido disculpas ni nada por el estilo; faltaría más

Estoy hasta los cojones de todos nosotros

A Dios gracias, he podido resistir sin caer al suelo, pero poco me ha faltado

Estoy hasta los cojones de todos nosotros

Dos años de opresión, bajo la cruel dictadura bolivariana que sufrimos, está idiotizando al pueblo español a extremos jamás vistos…

Salir a la calle se ha convertido en un deporte de alto riesgo.

Bicicletas que van por dónde les da la gana, patinetes que ídem, a veces a una velocidad de vértigo, que si te dan un golpe pueden dejarte en la Uci, y eso en el mejor de los casos, adolescentes que van tan pegados a su móvil, que pueden estrellarse contra usted, pues no miran  a los demás, aparte de los que van con los casos puestos, oyendo música, noticias, o lo que sea.

Esta mañana he ido a depositar un sobre tamaño cuartilla en el buzón de Correos, y al hacer la maniobra correspondiente, para introducirlo, un “enmascarado”, es decir con la mascarilla que acredita su condición de covid idiota, se ha estrellado contra mí.

A Dios gracias, he podido resistir sin caer al suelo, pero poco me ha faltado.

Obviamente no ha pedido disculpas ni nada por el estilo; faltaría más.

Seguramente se ha dejado la educación en casa, en el armario de los objetos en desuso.

¿Qué nos está pasando…?

La salud, física y mental, de los españoles se está deteriorando, y a marchas agigantadas.

Tres meses de arresto domiciliario, de marzo a mayo del 2020, y dos años de mascarillas obligatorias, de marzo 2202 a marzo 2022, han destruido nuestro sistema inmunológico…, y mental.

Por no hablar, que también del constante bombardeo de noticias, todas alarmantes, y la mayoría inventadas o exageradas sobre el Covid.

Solo le ha faltado presentar esas deformaciones con el titular de: “Parte de Guerra contra el Covid”.

Un Presimiento (no es un error) del Gobierno que cifra su crédito en acojonar a la población, en lugar de ofrecer seguridad y esperanza, es un dictador en ciernes, y en el caso de Sánchez ya está ejerciendo de facto como tal, presionando para que acceder a las principales magistraturas personas de su cuerda y de su partida (y tampoco es un fallo), el partido político Pedro Sánchez Os Engaña, PSOE.

Una nación en la que los católicos que militan en la PSOE votan a un partido que persigue a la Iglesia y a los sacerdotes, y pretende acabar con cualquier rastro de vida religiosa en España, excepto los musulmanes y otras religiones o sectas, a las que apoyan a muerte.

Claro que, en este caso, los Obispos tienen una gran parte de culpa, al no instruir a los católicos sobre sus obligaciones en la vida pública.

Un partido, el PP, que debería renombrarse como Cobardes de la Derecha Vergonzante, que echa las campanas al vuelo porque la comunidad de Madrid compró 250.000 mascarillas al principio de la pandemia a precios muy elevados…, pero que no dice nada de la compra de 13.000.000 millones de mascarillas ¡a China!,  por parte de Ábalos y José Ángel Escorial Senante, de la firma Soluciones de Control y Gestión de Empresas, S. L., zaragozana.

Se pide la investigación de la compra por Madrid, pero nada se dice de la adquisición de trece millones de mascarillas por Ábalos, y varios millones más por Marlaska, su compañero de partida, y los gobiernos regionales de Canarias y Baleares, hasta un total de cincuenta y tres millones de euros.

Mascarillas adquiridas a más de tres euros por unidad, y en el caso de Marlaska, incluso superior…

¿Pero en qué país vivimos?

Me dan ganas de hacer lo mismo que hizo el presidente de la primera república, don Estanislao Figueras, cuando se autoexilió,  diciendo como despedida: “Estoy hasta los cojones de todos nosotros”.

Pues eso.

Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado y escritor

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