La guerra de Ucrania saca a flote las vergüenzas de la OTAN y de la UE

La guerra de Ucrania saca a flote las vergüenzas de la OTAN y de la UE

Una frágil memoria del mundo occidental actúa como manto protector que trata de justificar la falta de capacidad de OTAN y UE ante la infamia que está sucediendo en Ucrania, Europa

La guerra de Ucrania saca a flote las vergüenzas de la OTAN y de la UE

Cuando las tropas rusas están entrando en Kiev, o acaban de hacerlo, tras  dos días de bombardeos y muerte por todo el país, vuelve a oírse en los medios de comunicación españoles un lamento tan clásico como impregnado de desconcierto, que ya hizo furor en los noventa del siglo pasado, en modo similar, durante las guerras de la ex Yugoslavia: ¿cómo es posible que en el siglo XXI en la Europa civilizada estemos presenciando este bárbaro episodio?

Estoy seguro de que cada lector tendrá su respuesta. Por mi parte, quiero hoy  incidir en el posible empleo por parte de algunos sujetos del tablero geopolítico de los mecanismos que podrían haber evitado la tragedia o, más bien, en la ausencia de ellos. Estos sujetos son la OTAN, recientemente retirada de Afganistán; y la UE, esa especie de confederación de países aturdidos y desnortados que se han quedado en el proceso histórico en un punto de velar por el trasiego de las mercaderías y las finanzas, y poco más.

El argumento más recurrente de estos días para justificar la inacción de la OTAN en cualquiera de sus modalidades militares, o en combinación de ellas, es que Ucrania no pertenece a la Organización. Esta idea se está repitiendo hasta la saciedad convirtiéndose en una especie de explicación oficial. Por supuesto, los gobiernos de los países de la OTAN y de la UE están en su derecho y responsabilidad de asumir la solución que estimen más pertinente, pero podría ser producente preparar posiciones explicativas más elaboradas que no choquen frontalmente con la realidad objetiva reciente.

Es increíble que hasta ahora nadie haya reparado en la actuación de la OTAN y la UE en los Balcanes. A mediados de los noventa, en Bosnia-Herzegovina, se produjo el estrepitoso fracaso de Naciones Unidas para parar la guerra, con acontecimientos tan sangrantes como el bombardeo del mercado de Sarajevo o la masacre de Srebreniça. NNUU. entró en crisis con el fracaso estruendoso de las denominadas “misiones de paz” en la zona, y los “pacifistas de salón y moqueta” en colapso ideológico. Hubo que llamar a la OTAN que con una superioridad militar aplastante, principalmente a base de bombardeos, acabó con la cuestión. Bosnia-Herzegovina no pertenecía a la OTAN y esta se aplicó en acabar con una situación sentida por todo el mundo occidental como injusta. A partir de 2005, la UE se haría cargo del mantenimiento de la paz en la región, que tampoco pertenecía a ella.

Ya a finales de los noventa, se producen los acontecimientos de Kosovo, antigua provincia serbia. Medios de comunicación repitiendo ad nauseam imágenes de desplazados albano-kosovares –he de decir que siempre las mismas- durante los primeros meses de 1999, y a los observadores de la OSCE sobre el terreno que parecían dar fe de las matanzas a manos de los serbios. En aquellos momentos, la OTAN andaba discutiendo letra a letra el Concepto Estratégico (CE) que debía ser aprobado en la inminente Cumbre de Washington con motivo del desfase que ya presentaba el anterior de 1991, y de que se trataba de celebrar ese año el cincuenta aniversario de su creación. Misma situación conceptual que en estos momentos en que se afina el CE que debe ser aprobado en la Cumbre de Madrid de 29-30 de junio próximos.

Ante una situación que Occidente percibía nuevamente como de profunda injusticia, la OTAN comenzó a atacar el 24 de marzo en Kosovo y en Serbia, sin resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Campaña de bombardeos de algo más de dos meses, salida de las fuerzas serbias de Kosovo, entrada de las fuerzas terrestres de la OTAN tres días después y, en medio, incendios, destrucción, caos y muerte. Centenares de casas de serbios e iglesias quemadas. EEUU. construyó una gran base en la parte más oriental posible de la región con lo que avanzaba casi 1.500 kms en dirección al este desde sus posiciones en Alemania.

Kosovo fue reconocido por muchos como ente independiente, cuestión que España y otros países no siguieron. Se había restado un territorio a Serbia sin más legitimidad que la fuerza. Kosovo no era un territorio OTAN, y Serbia, tampoco. Rusia asistió impotente a estos hechos como consecuencia de su debilidad momentánea pero se ve que tomó nota de estos procedimientos. El último día de ese 1999, Putin accedía al poder. No quiero mostrarme ni pro ni contra de nadie, solo a favor de la historia tal y como ocurrió. De la actuación de la OTAN en Afganistán, solo decir que tampoco este país pertenecía a ella.

Entonces, ¿por qué ahora sí se echa mano del argumento de la no pertenencia de Ucrania a la OTAN? Y un corolario claro: ¿cuánta injusticia hay que presenciar estos días para que alguien haga algo? La respuesta que aporta la real politik es muy sencilla: la Federación Rusa dispone de una disuasión perfectamente calculada, tejida de antemano y anunciada expresamente por Putin que hace que antiguos super poderes ciertamente “sobrados” -que diría un castizo- de hace solo unos años, estén mirando para otra parte y dedicándose a la entomología con verdadero ahínco y concentración.

En realidad, ya todo el mundo está deseando que la guerra termine pronto porque la conciencia, para los que les queda, es implacable. Si la de Georgia de 2008 duró solo nueve días, esta de Ucrania podría andar por el mismo montante. Poco importaría que una parte del país fuese mutilada, como hicieron en su momento con Finlandia, con la excusa de que la frontera quedaba demasiado cerca de San Petersburgo. ¿Nos suena verdad? Esa es la auténtica “finlandización” tomada como ejemplo. Hasta ahora siempre hemos leído que el concepto se refiere a un país limítrofe a Rusia que pertenece a la UE pero no a la OTAN. Les pido que, desde ahora, recuerden que lo anterior es cierto pero tras la oportuna “jivarización” del fuerte sobre el débil.

Una vez acabe el ataque, las cebras podrán volver a vivir normalmente. El león habrá saciado su hambre con la que quedaba más cercana e indefensa, y las demás podrán seguir dedicándose a pastar tranquilamente hasta que husmeen que aquél vuelve a la carga. No han entendido que, o acaban con el león, o este acaba con ellas una a una. Así llevan miles de años y así piensan seguir miles de años más.

Es bueno ir terminando. La estrategia de la tan cacareada “disuasión y diplomacia” de la OTAN, de la UE y de EEUU en Ucrania, ha fracasado claramente ante la “estrategia de los batallones” de Putin. Enviar tropas a los países limítrofes puede disuadir siguientes acciones de Rusia pero no la que está ocurriendo. No ha habido disuasión en Ucrania y se la ha dejado a la intemperie, después de hacerle arrumacos desde la Cumbre de  Bucarest de 2008 donde, por cierto, Putin advirtió –estando de invitado el 3 de abril- que Georgia y Ucrania no ingresarían en la OTAN. Todavía la semana pasada, el Secretario General Jens Stoltenberg afirmaba que el ingreso en la OTAN era un derecho de Ucrania dentro del ejercicio de su soberanía. Nada que objetar en el mundo de las Ideas de Platón.

Lo de las sanciones como nunca en la historia, a un pueblo como el ruso, que lleva muchos siglos “sancionado”, denota tener pocas salidas reales y efectivas. Ya Napoleón decretó el Bloqueo Continental a Inglaterra tras la Paz de Tilsit de 1807, habiendo pactado con el Zar Alejandro I la división de las zonas de influencia en Europa y la participación rusa en el bloqueo. Siendo el tema oneroso para Inglaterra, el país que más sufrió económicamente fue Francia. En cuanto a Rusia, tuvo que levantar el bloqueo por lo que fue invadida por Napoleón. Ya sé que esto fue en 1812 pero a los efectos de este artículo, ayer. Y enseguida veremos a los afectados por las sanciones en nuestros países protestar por las pérdidas de sus sectores, evaluar la bajada de PIB, etc. Con razón.

En las “conversaciones de paz” que vengan, Putin exigirá la renuncia por escrito de Ucrania sobre el ingreso en la OTAN, que deberá aceptar, aparte de otros menesteres. Ucrania será jivarizada o finlandizada, llámenle como quieran; y Volodimir Zelenski, presidente electo en 2019 con más de 13,5 millones de votos en segunda vuelta, casi el 75%, removido del cargo. Esto dicho así tratando de no ser grosero. Preocupación máxima por el presidente, por su familia y por los cargos políticos que, a pesar de la aplastante mayoría de votos con que llegaron al poder, son nazis según Putin y algunos indocumentados en España. La agresión de Rusia acabará y dejará a Ucrania al borde de la guerra civil. La bolsa subirá, y las cebras seguirán corriendo por la sabana. Hasta que toque a la próxima. A Stoltenberg, le deseamos que tenga más suerte que hasta ahora cuando a finales de septiembre deje el cargo, en uno de los momentos de más desprestigio de la OTAN de su historia. Y a Macron, todo mi agradecimiento por el esfuerzo enorme e infatigable que ha mostrado dando la cara ante el león. Merci, monsieur Macron.

Carpe diem.

Jacinto Romero Peña

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