Adolfo Suárez

Un político de altura

Un político de altura

En la historia hay hombres de pequeña talla que proyectan sombras grandiosas y viceversa. No incurrimos en una contradicción si afirmamos que, desde luego, no nos referimos al actual presidente del Gobierno, sino al hombre de la Transición. El que fue capaz de liderar un difícil proceso de cambio político y que trajo la democracia a España.

Ese que permaneció en pie frente a los golpistas del 23-F, en medio de un tiroteo en el Congreso de los Diputados. Muchos años después, el PSOE ha dicho que Sánchez es valiente por cambiar la posición histórica de España respecto al Sáhara. Una vez más, podemos repetir aquello de que ha roto el consenso, esta vez en política exterior.

En una entrevista, Adolfo Suárez dijo, «¿Valiente por qué? Yo representaba al Estado. ¿Cómo me iba a tirar al suelo?» Por el contrario, no pierde ocasión el PSOE para referirse a otro tipo de coraje y valentía, esa que le lleva a no informar previamente a sus socios de Gobierno. Y mucho menos al resto de partidos. ¿Por qué? La única explicación dada es algo parecido a un “porque yo lo valgo”. Y es que el actual portavoz del PSOE ha dicho que la política exterior es política de Estado y la lidera el presidente del Gobierno. Hemos de puntualizar, en este sentido, que no hay autoridad mayor que la palabra de Sánchez. Al igual que el absolutismo cuando proclamaba que el monarca era el Estado.

«Pertenezco por convicción y talante a una mayoría de ciudadanos que desea hablar un lenguaje moderado, de concordia y conciliación». Así se definía Suárez en un discurso de 1976, cuando fue elegido presidente. Las palabras diálogo y consenso fueron suficientes para acabar con la dictadura franquista. Es más, supo entusiasmar, emocionar y unir a los políticos de esa generación, desde falangistas a comunistas. Pues bien, en las antípodas de la teoría y práctica de la Transición, el Gobierno de Sánchez se refugia en la confrontación para proponer también un «cordón sanitario» a Vox, y evitar su entrada en el Gobierno en Castilla y León.

Las reglas de juego, como consecuencia, quedan en constante entredicho. Por otra parte, a Pedro Sánchez solo le hemos escuchado hablar de concordia y de convivencia para justificar la decisión del Gobierno de indultar a los líderes presos del “procés”. Pero poco se sabe de la “mesa de diálogo”, parece una de sus “performances”, sin más legitimidad que justificar los indultos. No hay una nueva fecha para volver a convocarla en Cataluña y se procede a vincularla en esta ocasión a «acuerdos relevantes». ¿Cuál ha sido la respuesta de ERC? Pues algo tan evidente como que el Gobierno busca excusas para no convocarla.

Sorprende que Suárez se definiese a sí mismo como «un chusquero de la política». También declaró en una entrevista: «No soy experto en nada, pero creo que soy un buen político». Uno de los hitos de su trayectoria política aparte de liderar la Transición, fue legalizar el Partido Comunista de España, con Santiago Carrillo. «Yo soy mucho más humilde que otros líderes políticos, no aspiro a asaltar los cielos». Así se ha pronunciado Sánchez en alguna ocasión, aunque todos sabemos que no se caracteriza por la humildad. Solo así se explica que se haya vanagloriado jocosamente de su buena gestión en la pandemia. De hecho, ¿quién no ha escuchado su hilarante “España va mejor” con él?

Suárez simboliza también la reconciliación y superación de nuestras diferencias históricas. Su frase más celebre «Puedo prometer y prometo…», que repitió durante su discurso previo a las elecciones de 1977, contrasta, no obstante, con una de las frases fetiches de Sánchez: “No es que no”. En esta dirección ha parecido apuntar toda su gestión, con ideas y acciones vinculadas a la confusión, ambigüedad e imprevisibilidad. De tal modo, que la coherencia en la conducta de Suárez difiere con las innumerables promesas incumplidas de Sánchez. Un Gobierno con cuestionable sentido de Estado, que antepone cualquier otro tipo de interés a los intereses generales.

«Soy un hombre absolutamente desprestigiado. Sé que he llegado a unos niveles de desprestigio bastante notables… he sufrido una enorme erosión (…)». Adolfo Suárez fue un presidente que supo estar a la altura de su tiempo, aunque al final dimitiera. Decía Ortega y Gasset que no solo lo que hicimos ayer, sino lo que vamos a hacer mañana juntos, nos une como Estado. Esto, y no otra cosa. Nos interesa destacar también que todo tiene su opuesto y todo cumple su ciclo. Finalmente, aludo a otra frase de Suárez: «La vida te da siempre dos opciones: la fácil y la difícil. Cuando dudes, elige siempre la difícil, porque así siempre estarás seguro de que no ha sido la comodidad la que ha elegido por ti».

Roxa Ortiz

TIENDAS

TODO DE TU TIENDA FAVORITA

Encuentra las mejores ofertas de tu tienda online favorita

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído