Hay un dato que todos los gobiernos quieren dar, siempre que sea positivo y si no lo es, lo giran 360 grados para que lo sea. Estamos hablando de la tasa de paro, actualmente situada en el 13.65% y de la cual se ha hablado mucho estos días pasados por parte del Gobierno y Yolanda Díaz, hablando de éxito o por lo menos es lo que ellos interpretan pero la realidad dista mucho de la del Ejecutivo y veremos los motivos.
En primera lugar, los datos en cuanto al mercado laboral deben ser analizados trimestralmente para hacer un balance lo más objetivo posible de su evolución y no como hace el Gobierno sacando datos de unas semanas o un mes. Según el último informe publicado por el INE (Instituto Nacional de Estadística) del primer trimestre del 2022, el paro se ha incrementado en 70.900 personas. El número total de parados se sitúa en 3.174.700 y en términos relativos, la variación trimestral es del 2,28%. Además, el Gobierno el cual se define como el único defensor de las mujeres, en el informe citado anteriormente, por sexo el número de hombres en paro aumenta en 29.000 situándose en 1.477.300 pero en las mujeres el desempleo se incrementa en 41.800 hasta 1.697.500, lo que supone una brecha de 12.800 en contra de las mujeres. Destacar también que la tasa de paro femenina sube 41 centésimas y se sitúa en el 15,44% mientras que la masculina se incrementa 25 centésimas y queda en el 12,04%, lo que supone una diferencia de 3.4 puntos en contra de las mujeres. Estos datos demuestran él éxito de las políticas feministas de Irene Montero, nótese la ironía.
En segundo lugar, en el primer trimestre de 2022, la coalición entre socialistas y comunistas ha alcanzado ya la cifra de 3.468.200 efectivos a sueldo de la Administración Pública lo que supone un aumento de 362.400 asalariados públicos frente a la caída del empleo en el sector privado que sigue más de 100.000 personas por debajo de los niveles de finales de 2019. El crecimiento económico recae fundamentalmente en el sector privado donde las empresas suponen aproximadamente el 75% del PIB y aunque este aumento de empleo público consiga en cierto modo ayudar al desempleo la realidad es que supone por otro lado un gasto público para el gobierno y además provoca el aumento del déficit y daña el crecimiento del PIB.
En tercer lugar, tenemos que hablar del tan polémico caso de los fijos discontinuos. Esto no quiere decir que no aparezcan en las listas de los inscritos en los servicios públicos de empleo, porque sí lo hacen pero en una categoría distinta a la de parado registrado (que son los que salen en la estadística mensualmente como desempleados) y que se denomina demandantes de empleo no parados (conocidos en el argot estadístico como Denos). Y, dentro de esta calificación, están encuadrados en la categoría de demandantes ocupados o con relación laboral.
Así, los fijos discontinuos, cuando no están activos aparecen en este apartado como demandantes de empleo, esto es con una demanda registrada de empleo en vigor por tres causas: porque reciben una prestación por desempleo durante; porque se han inscrito para usar los servicios de orientación o formación del servicio público de empleo o, simplemente, porque demandan una mejora de empleo. Fuera de estas tres circunstancias, los fijos discontinuos no deben inscribirse en registro de desempleo y de ahí el famoso maquillaje del que habla la derecha que como explico anterior, tiene toda la razón.
Además, los datos evidencian que se puedan tener datos de desempleo favorables en este último mes ya que: los fijos a jornada completa crecieron en mayo un 205% respecto al mismo mes del año pasado; los de jornada parcial un 331% y los fijos discontinuos la friolera de un 1.199% (han pasado de firmarse 20.349 a 248.996). También cabe destacar que del récord histórico de contratación indefinida en un solo mes registrado en mayo pasado (730.427), la mayoría fueron fijos discontinuos (248.996), seguidos de los fijos a jornada completa (215.836) y los de jornada parcial (174.595).
En cuarto y último lugar hay que hablar de los ERTES, cuya prórroga ha sido aprobada en febrero del 2022 y suponen aproximadamente en este momento en torno a los 100.000. Hay que recordar y destacar que según el mecanismo de la UE las personas en ERTE se consideran no activas por lo que tampoco computan dentro de la tasa de desempleo y en buena medida, un gran porcentaje de este número pasarán a ser parados.
Aquí está la explicación de la situación, una vez más el Gobierno miente y como los datos no le avalan por ningún sitio, hay que repetir la mentira muchas veces para que se convierte en verdad y que la gente vea un éxito cuando no lo hay por ningún sitio.