CUMBRE DE LA OTAN

Finiquitada la Cumbre de Madrid:¿y ahora qué? (I)

ÉXITO ORGANIZATIVO Y CONTROVERSIAS EN EL AIRE

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg,
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. PD

Como el resto de las cumbres de la OTAN anteriores, la de Madrid representa un punto y seguido, Concepto Estratégico incluido, que deberá dar paso a hechos concretos, algunos de ellos ciertamente relevantes.

Cuando los líderes que han intervenido en la Cumbre de Madrid de Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN han abandonado ya España, y cuando siguen resonando aún los acuerdos alcanzados y las posiciones expuestas, trataré de  exponer algunas consideraciones sobre su desarrollo y el futuro que nos aguarda.

Desde el punto de vista nacional, parece o es inaudito, ya no me atrevo a ser rotundo sobre el caso, que el Secretario de Estado para la Agenda 2030 siga siéndolo a fecha de hoy. Y no porque en un arranque de coherencia presente su dimisión, dada su estruendosa posición contraria a la del gobierno del que forma parte respecto de la OTAN, mostrada unas horas antes de la arribada de los mandatarios a la capital; sino porque el presidente del gobierno siga teniendo confianza en esta persona. Un presidente que muestra un comportamiento feroz en las réplicas a la oposición -estando ésta en su papel- no cree conveniente, o no se atreve, o no puede, dimitir al señor Santiago, que trató de reventar el acontecimiento y la posición de su gobierno. Cosas veredes, amigo Sancho.

Pero este argumento, y alguno más de naturaleza protocolaria, pertenece al pasado. Todos ellos son ya inamovibles. Viene ahora la resaca política presente y futura sobre aspectos muy importantes para la defensa nacional –y colectiva otánica- como la posible llegada a la Base de Rota de dos destructores más de la Clase Arleigh Burke, que se sumarían a los cuatro ya existentes. Lo harán para formar parte del “escudo antimisiles” que la Organización despliega en el flanco sur; y que forma conjunto con los misiles antibalísticos que desde hace años alberga la base de Deveselu, al sur de Rumanía; y los de Redzikowo, al norte de Polonia, en un futuro próximo.

El Parlamento español tendrá que ratificar el acuerdo y ya se oyen las voces discrepantes de siempre que creen que vivimos en la “Arcadia feliz”, donde los lobos yacen tranquilamente con las ovejas. Esperemos que las discusiones lleguen a buen puerto y se dé el visto bueno. No en vano, los destructores aportan unas capacidades que no tienen nuestras defensas después de décadas de desidia presupuestaria. Así de sencillo. Con la que está cayendo y la que puede caer, no me imagino a la ministra Belarra oponiendo su escudo social y verde a los misiles que tengan por objetivos ciudades españolas concretas. Es claro que el escudo social y verde es necesario y producente, faltaría más; pero el antimisil, también. Maniqueísmos los justos. E importa muy poco quien vote a favor del gobierno en este punto y quien no. Por favor, no nos aburran demasiado y dennos la cobertura citada. No nos dejen solos contra los Iskander, o los Scud, o los que se tercien. Su responsabilidad sería muy grave.

Y hablando de desidia presupuestaria en los gastos de defensa, nos topamos de frente con el compromiso de llegar al 2% anual. El presidente ha dicho que piensa hacerlo en ocho años, lo que nos lleva de nuevo al 2030. ¿Queda algo por ahí que no vaya a suceder en el 2030? Esperemos que la responsabilidad de la subida no sea asignada al señor Santiago.

Digo lo de desidia presupuestaria, término que ya he utilizado otras veces, porque, con cifras consolidadas de 2021, la OTAN ha reconocido en marzo pasado a España un gasto en defensa del 1,02 % del PIB. El puesto penúltimo en esfuerzo, justo por encima de Luxemburgo. Como quiera que el PIB ha sido en cifras redondas de 1,205 billones de euros, el presupuesto reconocido por la OTAN alcanzaría los 12.300 millones, aproximadamente. Pero el montante oficial del Ministerio de Defensa era de unos 9,4 miles de millones de euros, cifra que no llega al 0,8 % del PIB. Esto pone de manifiesto una disparidad nacida de los criterios y/o de los métodos de cálculo, es decir, de voluntades. Sería bueno que si el gobierno se toma en serio la subida a la que se ha comprometido, comenzase explicando con precisión cuál es el gasto real actual en defensa, no sea que encima haya que devolver algunas cantidades.

Transparencia para comenzar en serio, sin más explicaciones embadurnadas a la defensiva, como quien no quiere molestar y vive de manera casi clandestina. Y desde ahí, hágase esa escala progresiva hasta la fecha indicada que, por otra parte, ya se debería haber casi cumplido en ese 2% a tenor de lo que se dispuso en la Cumbre de Cardiff de 2014. Aquí se recomendó llegar a este guarismo para 2024, no porque los pensantes estuviesen bajo los efluvios de una abundante comida, sino porque la Federación Rusa ya se había amparado a inicios de ese año de Crimea, y en 2008 había mandado a sus tropas de excursión a Georgia. Estábamos avisados.

Claro que lo estábamos, pero era el año del “sobra el Ministerio de Defensa” y en el gobierno estaba el presidente que consideraba un “coñazo” el desfile del 12 de octubre. Pero volvamos a la transparencia. Transparencia para que todos podamos hablar el mismo lenguaje en los gastos de defensa, y también por coherencia, no sea que pidamos al rey la factura de las camisas sobre los 8,5 millones aproximados de gasto anual, y dejemos en el limbo tres mil millones en un “olvido a la defensiva”.

Conclusión breve: ¿cuánto se gasta en defensa según el Ministerio? ¿En qué situación podríamos estar en defensa si, como consecuencia de Cardiff, nuestro presupuesto fuese ahora del 1,8 del PIB aproximadamente, aplicando la escala desde 2014 que ahora quiere hacer el presidente? La respuesta es sencilla, nuestro presupuesto de este año sería de unos 22,5 miles de millones de euros, más del doble que el actual, aunque muy inferior al de Italia y casi la mitad que el de Francia. Varios países se han ido acercando a la cifra mágica y tienen los deberes hechos, pandemia incluida. Aquí, se preguntan hoy algunos representantes de la soberanía nacional de dónde saldrá el dinero. No sé si recuerdan que cuando finalizó 2014 la deuda pública era de 1,03 billones de euros, mientras que en marzo último era de 1,453 billones. La pregunta podría ser, ¿dónde ha caído tanto dinero? Y por favor, ahórrense el mantra de los hospitales y carreteras. De verdad, no sigan insultando a la inteligencia del español común.

La otra pata del mantra es la de los lobby de armamentos. Todo esto se hace para vender más armamento, no porque Putin se haya propuesto reverdecer las glorias de los zares y esté atronando nuestros oídos con miles de cañonazos diarios. O, más bien, los oídos de quienes los están sufriendo. Así, se olvida convenientemente que con los presupuestos de defensa se paga a los que juran dar su vida en defensa de España. Tropa y marinería, y los empleos más bajos entre los cuadros de mando, están abonados al “mileurismo” y poco más. Desde Bono (2004-2006) no ha habido una adecuación significativa de los sueldos de los militares. Así que, si me permiten, deje un pensamiento que una el extremo inicial del siglo XXI con la fecha hodierna. Nos cargamos el servicio militar entre otras cosas porque era preferible tener un ejército profesional bien pagado y bien dotado de material. Lo primero, de ninguna manera, y lo segundo, a medias.

Por tanto, me parece que algunos de nuestros representantes consideran, no ya que no están dispuestos a defender a la nación, sino que tampoco deben pagar dignamente a los que sí se ofrecen a hacerlo. ¿Cuánto debe cobrar un marinero que esté próximamente sumergido en el S-81 Isaac Peral durante tres semanas consecutivas? ¿Y al que está en Letonia con los rusos enfrente a tiro de piedra?¿Cinco veces menos que sus señorías por calentar asiento,  pulsar un botón y efectuar alguna pregunta de vez en cuando? ¿Cinco veces menos que los mil cuatrocientos asesores del gobierno con titulación más que discutible?¿Cuál es el final de toda esta racanería contumaz con nuestros militares, que desaparezcan los ejércitos por ausencia de soldados? Creo que voy entendiendo. Carpe diem.

Jacinto Romero Peña

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