Cuentan que hace años, en un colegio religioso de monjas, la madre superiora se dirigió a las alumnas de COU con una pregunta: “¿Vale la pena una hora de placer a cambio de una eternidad en el Infierno?”.
La pregunta fue respondida por una de las alumnas, con otra pregunta: “¿Madre, qué hay que hacer para que un orgasmo dure una hora?”
Obviando que la anécdota nunca pasó de ser un chiste más, de la época franquista, la pregunta que hoy hago, que de chiste no tiene nada, es: ¿Vale la pena vivir como un sultán, durante cuatro años, a cambio de ya no poder -durante el resto de su vida- pasear tranquilamente por la calle, o poder tomar un café en un bar, so pena de ser abucheado y escupido por la ciudadanía?
Pues según parece hay quien piensa que sí vale la pena, mientras musita ´sí, sí, pero que me quiten lo volado´.
Fausto vendió su alma al diablo a cambio de toda una vida de éxito y placeres; pero venderla a cambio de solo cuatro años de ´́pavoneo´, como ha hecho ´Antonio Narciso´, la verdad es que queda bastante cutre.