´Como decíamos ayer…´, frase esta que como cualquier persona medio culta sabe, pronunció Fray Luis de León en la Universidad de Salamanca, a pesar que el ´doctor Sanchinflas´ atribuyó, con un par, a San Juan de la Cruz, en su libro de ´autobombo´ “Manual de resistencia”, demostrando con ello que el susodicho folleto lo había escrito él solito y sin ayuda.
Pues eso, como decíamos ayer, tiempo habrá de desmenuzar el debate sobre el Estado de la Nación; y ese tiempo ha comenzado.
Así, tras haber sufrido las diferentes intervenciones de PS durante el debate de investidura, tengo que decir que tan solo ha habido algo nuevo en su discurso que me ha llamado la atención, y ha sido sus continuos balbuceos, rozando la tartamudez, en sus ´atropelladas´ intervenciones.
Este hecho, significativo y delator, de lo que se cuece ´en la sesera´ de Supermán, denota lo que cualquier manual clínico revela: La fluidez del habla puede verse alterada temporalmente, debido a un sufrimiento emocional. Las personas que no tartamudean pueden tener problemas de fluidez cuando están nerviosas, o se sienten presionadas.
La pregunta del millón sería ¿presionado por qué, o por quién? ¿Por la oposición?
No, porque hasta la fecha, no balbuceaba, sino que ´se venía arriba´ cada vez que se dirigía ´chulescamente´ a ésta.
Pienso que si PS ha comenzado a balbucear ahora, es por la propia situación que él mismo ha creado con su gestión. Lo malo es que no podemos decir aquello de ´pues que con su pan se lo coma´, porque cuando él se vaya, como se fue su ´colega el coletas´, ´el marrón´ que deja nos lo vamos a comer nosotros; nuestros hijos y nuestros nietos.
Por lo menos hay uno que seguro se está partiendo el culo de risa en estos momentos: Iván Redondo; aquel que dijo: “Yo me tiro a un barranco por Sánchez. Estaré con él hasta el final”. Y poco después de pronunciar esa homérica frase, fue el propio Sánchez el que ´lo tiró al barranco´; metafóricamente hablando, digo.
De ópera bufa.