Fue casi al final de su actuación en el concierto celebrado en el estadio de Wembley (Londres) el 20 de abril de 1992, en memoria de Freddie Mercury, ante más de 72.000, cuando David Bowie tras interpretar su clásico “Héroes”, arriba del escenario y rodilla en tierra, rezó el Padrenuestro.
Tras el concierto, al ser preguntado por qué lo había hecho, ´el Duque Blanco´ respondió a los periodistas:
«La necesidad de Dios aparece en los momentos más difíciles, y a Él acuden todos cuando la muerte llega.
No importa si alguno es ateo, agnóstico, budista o sigue la meditación trascendental o lo que sea, cuando no sabe a dónde ir, siempre acaba volviendo su vista a Dios. Es como si tuviésemos escrito dentro de nosotros mismos que Dios está ahí, que nos escucha y que es el único que puede ayudarnos.
Una cosa son las creencias o las cosas que decimos en algún momento de nuestra vida, y otra muy diferente es encontrarse cara a cara con la muerte. Eso lo cambia todo».