En principio, promocionar la práctica del deporte en los niños, es bueno, y no seré yo quien diga lo contrario; punto.
Claro que uno comienza a sentir un tufo ´raro´ cuando ve que se organiza una carrera nocturna en Mollet del Vallés (Cataluña), de niños en ´paños menores´.
Y para que cada cual saque sus propias conclusiones, sobre el presunto sesgo de los organizadores, la publicidad en la parrilla de salida y llegada está copada por un ´sex-shop´ – ´condoneria´.
Esta actividad pedestre, o lo que sea, presuntamente se desarrolló con el conocimiento del Ayuntamiento y la ayuda de la diputación de Barcelona, a la brisa –cómo no- de la Agenda 2030.
¿Se imaginan ustedes los histriónicos chillidos mediáticos en los ´desinformativos´ del régimen, si dicho evento lo hubiese patrocinado el arzobispado de Barcelona?
Pues bien, este ´pedestre´, o palabra parecida, suceso ha sido denunciado ante la Fiscalía del Menor y el ´Síndic de Greuges´, al igual que ya se hizo con la ‘yincana sexual’ celebrada en Vilassar de Mar (Cataluña), por la organización ciudadana ´HazteOir.org´, que –a tal fin- en estos momentos tiene montada una recogida de firmas.