Esta mañana conocíamos la noticia de que el responsable del caos del tren de Extremadura que Renfe dijo haber cesado en realidad solo había sido recolocado en otro puesto. Y es que es constante el abandono al que someten las instituciones a Extremadura. Desde la inauguración del mal llamado “tren rápido” se han sucedido casi semanalmente retrasos, averías, personas que se agolpaban en los vagones por la falta de previsión en la venta y múltiples incidencias.
Extremadura sigue siendo el alumno desaventajado de España y al que los distintos gobiernos nacionales y regionales llevan realizando elección tras elección una serie de promesas que luego sistemáticamente rechazan y aplazan. La Junta de Extremadura es el fiel lacayo de una nación y de un gobierno nacional y que nunca eleva la voz, que nunca se rebela ni comete actos de traición como si hacen otras comunidades de España y que siempre resulta perjudicado a la hora de progresar.
Décadas de promesas incumplidas, un AVE que no llega, unas comunicaciones que cada día que pasan son más pésimas y en peores condiciones. Un tren “rápido” que no supone una ventaja con respecto al coche pues tarda en recorrer poco más de 400km más de 4 horas.
Y no solo el tren, lideramos todas las estadísticas, pero por la cola. Somos una de las regiones con más listas de espera a la hora de operarse, una atención primaria en huelga y médicos que no dan abasto, hospitales que cierran especialidades obligando a los ciudadanos a desplazarse cientos de kilómetros hasta el hospital más cercano. En definitiva, una sanidad desmantelada por aquellos que luego acuden en masa a manifestarse por la sanidad de otras regiones presumiendo de buenos gestores. Suena hipócrita pues allá donde gobiernan hacen más de lo mismo
Lideramos la tasa de paro, la de desempleo juvenil, rural y femenino. Nuestros jóvenes se marchan en busca de un futuro digno fuera de Extremadura, de unas oportunidades que el socialismo que lleva gobernando desde siempre es incapaz de ofrecer. Extremadura es también líder por la cola en poder adquisitivo, siendo la provincia de Badajoz la última con una cantidad que supone el 74 % de la media de España.
Violencia política es la que se ejerce sobre nuestra región tratada como granero de votos y luego abandonada a su suerte cuando se ha alcanzado el gobierno.
Extremadura necesita políticas de progreso, unas comunicaciones dignas y del siglo xxi, políticas sociales y de natalidad para frenar la despoblación. Atracción de empresas para que los proyectos que lleguen no sean una simple maqueta y se hagan realidad. Adaptarse a los nuevos tiempos y desterrar de una vez por todas las políticas conformistas y de abandono que el Gobierno se Extremadura lleva aplicando décadas
