Vaticano

El octavo círculo del Infierno de Dante

Por su idílica ubicación en la cotizada Costa Amalfitana, ya verán lo que tardan en transformar el Monasterio de Santa Chiara de Ravello, en un Hotel Cinco Estrellas GL

El octavo círculo del Infierno de Dante

Que un jesuita se disfrace de franciscano, no es nada anormal, (aunque sí inmoral), ya que va con su naturaleza; con su ADN jesuita.

Y si para ello hay que cambiarse el nombre por el de Francisco, en honor al fundador de la orden de los humildes franciscanos, pues se cambia y punto pelota.

No voy a repetir ahora la ristra de ´bergogliadas´ habidas en su pontificado, ya que las he ido desenmascarando una a una, en diferentes artículos.

Simplemente voy a referirme a una de las últimas; porque con este hombre nunca se puede decir que vaya a ser la última.

HISTORIA DE UN DESPROPÓSITO:

  • 1.      Dos monjas de clausura, junto a otra hermana de 97 años, pertenecientes  a la orden franciscana de Santa Clara, orden fue fundada por San Francisco de Asís y Santa Clara en 1212, se niegan a abandonar el ´Monasterio de Santa Chiara de Ravello´, ante las intenciones del Vaticano de finiquitar el convento.
  • 2.      Las tres monjas de clausura, para evitar el traslado y cierre del convento, donan al Vaticano el patrimonio inmobiliario del Monasterio, valorado en unos 50 millones de euros,  en una carta dirigida al Papa Francisco con la esperanza de que la Santa Sede revisara su idea sobre el Monasterio para salvarlo de una posible supresión y sus consecuentes fines especulativos.
  • 3.      Francisco acepta la donación, al tiempo que se les trasmite a las tres monjas que hagan las maletas y se vayan a donde las manden.
  • 4.      Las tres monjas se niegan a abandonar el monasterio, e intentan deshacer la donación y recuperar la propiedad del edificio. Sus superiores inmediatos les responden que la donación no se puede recurrir, ya que el documento de aceptación de la donación está firmado por el papa Francisco y por lo tanto es inapelable.
  • 5.      Se les comunica a las clarisas franciscanas, que a tenor de una comunicación firmada por el propio papa Francisco, a partir de ahora ya no son monjas. En otras palabras, que son expulsadas. O dicho de una manera jesuíticamente elegante, ´son dispensadas de las obligaciones derivadas de la sagrada ordenación´.

Pero no seamos mal pensados, ya que posiblemente lo único que pretende el papa francisco es -como diría Yolanda Díaz- sumar. Sumar tres bajas más a la imparable disminución de religiosos consagrados desde su llegada al papado. Valga como ejemplo que solo en España se están perdiendo una media de 1.000 religiosos al año. El diablo estará encantado.

Por su idílica ubicación en la costa amalfitana, ya verán lo que tardan en transformar el Monasterio de Santa Chiara de Ravello, en un Hotel Cinco Estrellas GL. No es casualidad que los pueblos más cotizados en esa idílica costa, sean:

  •  1. Maiori
  • · 2. Ravello
  • · 3. Atrani
  • · 4. Amalfi
  • · 5. Positano.

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Autor

Antonio Gil-Terrón Puchades

Antonio Gil-Terrón Puchades (Valencia 1954), poeta, articulista, y ensayista. En la década de los 90 fue columnista de opinión del diario LEVANTE, el periódico LAS PROVINCIAS, y crítico literario de la revista NIGHT. En 1994 le fue concedido el 1º Premio Nacional de Prensa Escrita “Círculo Ahumada”. Ha sido presidente durante más de diez años de la emisora “Inter Valencia Radio 97.7 FM”, y del grupo multimedia de la revista Economía 3. Tiene publicados ocho libros, y ha colaborado en seis. Actualmente escribe en Periodista Digital.

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