Valentín, un santo que la Iglesia eliminó del santoral en 1969, ´por cuestiones de rigor histórico, pero que la tradición, con el ´apoyo desinteresado´ del comercio, se han encargado de mantenerlo vivo y más santo que nunca.
La verdad es que en el fondo me alegro de la supervivencia de San Valentín, por el comercio, la hostelería y restauración en general, y por las floristerías en particular, que bastante mal lo han pasado desde la llegada del virus ´sanchismo´ y sus tics autoritarios. Así pues, lo que San Valentín les dé, que San Pancracio se lo bendiga.
ÚLTIMA HORA: Me acaba de entrar un ´sms´ de una empresa ´acosadora´ de telefonía móvil, con el siguiente texto: “EN SAN VALENTÍN ENAMÓRESE DE NUESTROS PRECIOS Y CONSIGA POR SER DE NUESTRA COMPAÑÍA…” ¡Consiga! Consiga que le den ´por saco´, hasta cuando está tranquilamente en su casa.
“ENAMORARSE DE LOS PRECIOS…” La leche! ¡Qué agonía! (de vómito).
Definitivamente, hoy, me quedo con aquel romántico “MIENTRAS TU AMOR INUNDE MIS MAÑANAS”, que inmortalizó Edith Piaf en su HYMNE À L’AMOUR: