No sé realmente quién dijo aquello de «no podemos pensar de ninguna de las manera que los hijos pertenecen a los padres». No sé si fue ´el cochero del conde Drácula, como algunos exégetas sostienen, o bien fue una ministra del gobierno social-comunista de Pedro Sánchez, apellidada Celaá, recompensada posteriormente con el cargo de embajadora de España ante la Santa Sede; aunque quien regenta la sede, no sea precisamente un santo.
Pero si quién dijo «no podemos pensar de ninguna de las manera que los hijos pertenecen a los padre”, fue una ministra del gobierno social-comunista de Sánchez, del mismo Gobierno que ahora ha logrado sacar adelante su ley ´trans´ y la ampliación de la ley del aborto, una ley que establece que las niñas de 16 años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres; así como que los menores de edad podrán cambiar de género desde los 12 años (con el permiso de un juez), a los 14 con permiso paterno y a los 16, ´barra libre´, pues con ello lo que se ha demostrado es que en la España social-comunista de Sánchez, efectivamente, los hijos no pertenecen a los padres. Nada nuevo bajo el Sol, que no hubiese sucedido ya en la Alemania NACIONALSOCIALISTA DE Hitler, y en la comunista UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS, donde los niños no pertenecían a los padres, sino al Estado.
Y por cierto, si buscan un denominador común entre los tres ´regímenes´, verán que éste es el término ´SOCIALISTA´, con su propia carga genética implícita. La del ADN de los ´sátrapas´.
Esto por sí solo valdría para concluir este escrito en PERIODISTA DIGITAL, pero va a ser que no. Así que sigo.
Mientras averiguan a quién pertenecen los hijos y, por ende, la responsabilidad civil y penal que estos puedan generar, pido que eliminen ya y con efecto retroactivo, la actual responsabilidad solidaria que tienen los padres respecto a los actos de sus hijos (y pido perdón; por haber dicho ´sus hijos´, por un lapsus reaccionario-compulsivo).
En definitiva, estoy pidiendo la supresión con efecto retroactivo del artículo 61.3 de la LORPM [La Ley Orgánica 5/2000], que dice literalmente:
”Cuando el responsable de los hechos cometidos sea un menor de dieciocho años, RESPONDERÁN SOLIDARIAMENTE CON ÉL DE LOS DAÑOS Y PERJUICIOS CAUSADOS SUS PADRES, tutores, acogedores y guardadores legales o de hecho, POR ESTE ORDEN.
Así que cuando el niño ´la cague bien cagada,´, la factura a la Moncloa; o, en su defecto y solo tras la puesta de sol, al cochero del conde Drácula, en Piazza di Spagna, 57 VA, 00187 Roma.