Renta Básica Universal y pobres (casi) todos

Año 2050: ni trabajo ni Pensión Contributiva

Hasta su muerte, que, según las disponibilidades de la Tesorería Nacional y el número de robots cotizantes, se incentivará periódicamente a través de la Eutanasia, al modo de Soylent Green

Año 2050: ni trabajo ni Pensión Contributiva

Los mejor informados saben que hacia el año 2050 se establecerá en la Unión Europea (UE), para entonces con más musulmanes que cristianos y, probablemente, con menos blancos que de otras razas, la Renta Básica Universal (RBU).

La extensión de las nuevas tecnologías y la implantación de la Inteligencia Artificial (IA), que dota a las máquinas de la capacidad de entender que han tenido hasta ahora y en exclusiva los seres humanos (pensamiento sintético frente a pensamiento biológico), generarán millones de parados en todas las ramas de la producción y en todos los Estados miembros, a los que la UE tendrá que atender en sus necesidades básicas. Y para ello está ensayada la RBU, también llamada ingreso básico universal, ingreso ciudadano y renta básica incondicional, consistente en entregar a todos los residentes, desde que alcanzan la mayoría de edad, una determinada cantidad de dinero, sin condiciones previas, que será distinta en función de dónde viva, de los hijos que tenga y de las necesidades de cada vástago. Excluida la educación, atención sanitaria y algún otro concepto (los informados no acaban de ponerse de acuerdo en si también se facilitará gratuitamente comida y vivienda-habitación compartida), el sujeto tendrá que hacer frente con esa cantidad a vestimenta, belleza, ocio,…, ya que se suprimirán todas las ayudas y desgravaciones que existen ahora en función de la renta de cada individuo y del número de hijos a cargo. Se cancelará también el abono transporte porque al no trabajar no tendrá que desplazarse desde la vivienda-habitación compartida hasta un lugar de labor presencial.

Naturalmente, al no tener faena y disfrutar de esa RBU, el individuo no cotizará para recibir en su jubilación una pensión contributiva porque, entre otras cosas, no habrá edad de jubilación y percibirá su RBU hasta su muerte, que, según las disponibilidades de la Tesorería Nacional y el número de robots cotizantes, se incentivará periódicamente a través de la Eutanasia, al modo de Soylent Green. Además y a juicio de los informados, cuando el individuo no se pueda cuidar por sí mismo se le internará obligatoriamente en un geriátrico, para entonces llamados por el perverso marketing Cielo de Mayores. Y desde ese momento el Estado benefactor permutará la RBU por la totalidad de los gastos que genere su ingreso en lugares tan anhelados.

Igualada la sociedad por abajo, gracias a haber acabado implacablemente con la enorme injusticia que supone premiar el esfuerzo, el afán de superación, el mérito, las capacidades para progresar, para luchar contra la adversidad, todas/todos/todes, instalados en la molicie, tendrán un título académico que no servirá para nada. Tan solo para que los populistas puedan enorgullecerse de que todas/todos/todes son titulados y ya no hay clases sociales.

Efectivamente, esos informados señalan que en Europa, además de sumidero de África, América Latina y parte de Asia, la actual división de la sociedad quedará reducida a dos: RBU (clase pobre) y CRQ (clase riquísima), integrándose en esta última los políticos en activo y algunas ONG (principalmente y como dijo Joaquín Leguina Herrán, aquellas que tienen como clientes a los pobres y, en consecuencia, trabajan para que aumente la clientela), que se habrán convertido en casta privilegiada, y los oligarcas y su prole, encargados de producir los bienes básicos y poseer los instrumentos necesarios para mantener el tinglado.

Esta y otras razones son las que justifican que el ministro de Inclusión, Seguridad Social, Migraciones y Grandes Expresos Europeos, José Luis Escrivá Belmonte, no tenga ninguna prisa para restructurar y equilibrar el actual e inviable sistema de pensiones contributivas que le exige la UE. Sabe que esta invención de Otto von Bismarck en 1881 tiene los días contados y que la RBU es el próximo paso, antes de que acabe todo, como intuye el economista Nouriel Roubini en su obra Megamenazas (Deusto), en la que el apodado Doctor Catástrofe sostiene que el cóctel de diez riesgos que se cierne sobre el planeta puede acabar con la humanidad.

JORGE DEL CORRAL Y DIEZ DEL CORRAL

P.D.: Todo esto puede alterarse si antes se ha desatado la III Guerra Mundial, con China, Rusia y socios, por un lado, y Ucrania, la OTAN y aliados, por otro.

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Autor

Jorge del Corral

Hijo, hermano y padre de periodistas, estudió periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. Ha trabajado en cabeceras destacadas como ABC y Ya. Fue uno de los fundadores de Antena 3 TV. Miembro fundador de la Asociación de Periodistas Europeos (APE) y del Grupo Crónica, creador de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV) y fundador de la Unión de Televisiones Comerciales (UTECA). Un histórico de la agencia EFE, donde fue subdirector y corresponsal en Roma.

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