El profesor Tamames ante los leones

El profesor Tamames ante los leones

Pensé que lo iban a devorar pero me equivoqué. Cuando lo vi sentado en el Congreso temí lo peor, un profesor venido del pasado con valores del pasado entre los que se encontraban el respeto y el diálogo como instrumento para conseguir acuerdos se había atrevido a viajar a este presente donde el respeto brilla por su ausencia y el diálogo se ha convertido en insultos, descalificaciones de toda clase, incluso personales; me recordó la película solo ante el peligro, sentí pena por el viejo profesor, no le iba a proteger su demostrada preparación académica, su lucha contra el franquismo que le llevó a la cárcel, su participación en nuestra Constitución, sólo un milagro podría salvarle de semejante osadía.Leyó su programa como si fuese una ponencia de forma explícita, siguiendo el lema de Lao-Tse :”Los que saben hablan poco, los que hablan mucho no saben de lo que hablan”, donde expuso los motivos por los que el presidente debería dimitir para dar la voz al pueblo; imagino lo que algunos pensarían, el viejete todavía cree en el pueblo, es un ingenuo, nos lo vamos a merendar en un santiamén.

Pusieron cara de poker, a continuación salió el presidente a intentar cansarlo con su típica verborrea  y le soltó durante una hora cuarenta minutos un tocho sin sentido con los convence a millones de sus feligreses buscando que se durmieran o que bostezara para desacreditarlo pero el profesor aguantó estoicamente y tuvo la osadía de responder de forma irónica aquello de que Asimov era capaz de explicar en menos tiempo la historia del imperio Romano; para más INRI se atrevió a recordarle que su perorata no había servido para responder, entre otras cuestiones a: ¿Por qué había cambiado sin consultar al Congreso su posición sobre el Sahara teniendo España el mandato de la ONU como país gestor para la celebración de un referéndum ya que el organismo internacional lo consideraba un colonia?,¿Cómo había tenido la osadía de enviar en nombre de España armas a Ucrania sin contar con el Parlamento?.

Me imagino lo que pasaba por la cabeza del presidente, este carcamal me ha aguantado el rollo sin dormirse ni bostezar y encima se atreve a poner en duda mi poder queriendo limitarlo con minucias como el Congreso o los tribunales, no se ha enterado que no acato las sentencias del Tribunal Constitucional, no es consciente que nombro fiscal general a una de mis ministras, que coloco  a personas del partido en órganos judiciales; tan mayor y no comprende cómo funciona el sistema, cómo se atreve a desafiarme a mí que pasaré a la historia por la puerta grande.

Mandaré a Patxi a que le ataque utilizando todo lo que haga falta para doblegarlo aunque haya que faltarle al respeto y así actúo el subordinado llegando hasta los gritos impropios de un representante del pueblo, pero el venerable anciano no entró al trapo, no se rebajó a su nivel y con una finura propia de un sabio le recomendó que se tranquilizara, que lo veía muy excitado y eso podría tener un infarto, que no le pusiera en la tesitura de tener de darle una pastilla de cafenitrina.. Fue sublime, me recordó la anécdota entre Benavente y Valle Inclán cuya enemistad era bien conocida, los dos coincidieron al salir del teatro y Benavente intentando ofender a su rival le impidió el paso diciéndole que él no cedía el paso a maricones, Valle Inclán se apartó y cuando pasó a su lado le dijo que él sí lo cedía. La cara de Patxi era un poema con esa sonrisa forzada de toda persona humillada.

Salieron al circo otros cachorrillos a los que se limitó a contestar con finura, incluidas a las nuevas feministas que creen haber descubierto la pólvora, las despachó mostrándoles la hermosa escultura de Isabel, los Rufianes que se creen Nietzsche porque algunos le llaman señoría, el compañero gritón que piensa que sus gritos le dan la razón, los separatistas de pensamiento y españolistas de bolsillo y hasta el intelectual Aitor experto en ganancias en río revuelto al que le recordó los privilegios que tenían así como que no debían llevarse el fondo de la caja única.

En fin, el viejo profesor entró como carnaza y salió sin un rasguño dejando, como buen docente, algunos deberes: que se pueda estudiar en castellano en toda España ya que nuestra lengua oficial, que las autoridades cumplan las sentencias de los tribunales, que se respete la división de poderes garantes de nuestra libertad, que se respeten las garantías jurídicas en todos los casos empezando por los propietarios de los pisos okupados, que dejen de dictar la historia el BOE y devuelvan este cometido a los historiadores, que no se hagan leyes como la modificación de los delitos de sedición y malversación para obtener beneficios inconfesables, que se utilicen los decretos sólo en casos excepcionales, que no se engañe a la ciudadanía sobre el paro ya que los fijos discontinuos son parados subvencionados, que se procure reindustrializar el país ya que hemos pasado del 30% del PIB al 15% para lo que es imprescindible no atacar a los ricos sino eliminar la pobreza, que se actúe sobre el aumento de la criminalidad incluida la importación de bandas latinas así como el aumento de las agresiones sexuales… y todo esto sin levantar la voz, sin insultar, sin aspavientos. Tendrían que haberlo sacado a hombros.

José Maseda García

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