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La llamada Memoria Histórica que comenzó con ZP a resucitar viejos odios y rencores, se ha caracterizado desde su comienzo por centrarse tan solo en la reacción, olvidando, ´casualmente´, las acciones que originaron dicha reacción.
Mi amigo y hermano Antonio Benlloch, sacerdote y catedrático de Teología, me lo explicó en cierta ocasión de una manera tan gráfica, como dolorosa: Me dio un guantazo en la cara, lo suficientemente fuerte como para que se lo devolviese antes de pensármelo dos veces, por lo que éste comenzó a gritar:
- – ¡Me has pegado! ¡Me has pegado!
- – A lo que le respondí: – Sí, porque tú me has pegado primero.
Entonces fue cuando dijo:
- – ¡No importa el por qué, lo que importa es que tú me has pegado!
Había prescindido del ´por qué” le había pegado, centrándose tan solo en mi reacción, olvidando sesgadamente la acción que la motivó.
Y todo ello, para explicarme de un modo de esos que ya no olvidas nunca, lo que había venido a ser la llamada Memoria Histórica de ZP.
Al final estamos hablando de algo que ya consagró Newton en su tercera ley: Para cada acción hay una reacción igual, pero en sentido contrario.Una ley sobre la que han podido meditar mucho, algunos de los inquilinos de ´la milla verde”.
Realmente desconozco si los milicianos ´socialistas-comunistas´ que posan orgullosos sobre los cadáveres de los sacerdotes católicos que acaban de asesinar a sangre fría, y a los que les han robado hasta los zapatos, sufrieron a posteriori la consecuente reacción a su acción, o se libraron por haber puesto ´tierra por medio´, para eludir la tercera ley de Newton.Años después, hoy, aún hay quien piensa que los juicios sumarísimos habidos a posteriori, debieron de ser sustituidos por ´homenajes con confeti y serpentinas´.
Creo que la explicación es lo suficientemente clara como para que si alguien no la entiende, es porque no quiere; o no le conviene.
Si queremos hacer memoria histórica hagámosla íntegra, y no fragmentada ´a la carta´.