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Una de las críticas tradicionales al Antiguo Testamento ha sido por el versículo ´ojo por ojo y diente por diente´, frase que ha sido clasificada como barbarismo, cuando lo bien cierto es que supuso en su época un avance humanitario. Claro, si es que puede ser ético sacarle un ojo al vecino, porque lo que se dice estético desde luego no lo es mucho.
En el Israel del AT, en principio no existían límites a la hora de ´enmarranarse´ en la venganza. Por ejemplo, si uno mataba la oveja del vecino, este podía responder degollando todo el rebaño del ´borregocida´. O si uno mataba a una de las mujeres del vecino, este solía responder matando a todas las mujeres, hijos, y nietos del asesino.
En la venganza no había más límite que aquel que marcaba ´el mal yogurt´ del ofendido, y teniendo en cuenta que en aquellos tiempos no había neveras, tampoco había yogurt bueno. En el tema de la venganza había barra libre, sin que nadie se rasgara las vestiduras por ello.
Así pues, el ´ojo por ojo y diente por diente´, vino a establecer por Ley Divina, que el castigo no podía ser superior al delito cometido. Como decía antes, todo un avance en el mundo de la Justicia israelita, pero no una novedad en aquella zona geográfica, ya que ese principio de buscar la proporcionalidad entre el delito y el castigo, ya estaba recogido con anterioridad, en el Código de Hammurabi.
Es de destacar que lo del ´ojo por ojo´ no se aplicaba literalmente en el antiguo Israel. Así la Biblia disponía también que: «No se dará muerte a los padres por los hijos, ni se dará muerte a los hijos por los padres, sino que a cada uno se le dará muerte por su propio pecado.» [2 Reyes 14:6].
Esta ley de la proporcionalidad entre delito y castigo, en el Derecho Romano recibió el nombre de “LEY DE TALIÓN”.
Esa búsqueda de la proporcionalidad entre el delito y el castigo que establecía el Derecho Romano, no siempre se mantuvo a lo largo de la Historia de Occidente. Ni tan siquiera ahora.
Hoy en día, la justicia del ´civilizado´ Occidente, unas veces se queda corta y otras se pasa, al estar ésta -en ocasiones- más influenciada por los juicios paralelos de los medios de comunicación y la ´alarma social´, por ´blasfemias´ contra los ´dogmas de fe´ de la ´BIBLIA 2030´, en presunto detrimento del ordenamiento jurídico vigente, que es lo único que a la postre y en justicia debería de prevalecer. En cuanto a los países de tradición no cristiana, mejor ni hablar, como por ejemplo en el caso de Irán Los azotes se consideran un castigo “indulgente” para delitos como el adulterio, en el que la muerte por lapidación es una posible sentencia, o el robo, que puede conducir a la amputación de miembros.