Gustave Le Bon decía que los pueblos viven sobre todo de esperanza, y que sus revoluciones tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas, a las antiguas que ya perdieron su fuerza con el correr de los años, tras un baño de realidad.
Y un servidor, que es bastante menos ´fino´ que Le Bon, dice que los pueblos parece que estén pidiendo a gritos que llegue alguien que nuevamente los engañe, sustituyendo con mentiras nuevas, a las antiguas que ya perdieron su fuerza con el correr de los años, tras un baño de ´puta´ realidad.