No sólo nos jugamos las vacaciones el 23 de julio

¿Quo vadis, España?

En las próximas elecciones nacionales, se puede perfilar el desastre, ya con carácter inmediato, de la España que hemos conocido hasta ahora. Ahí estamos

¿Quo vadis, España?

Cuando entraba la tarde de aquel 18 de junio de 1815, el emperador (Napoleón) fue informado de que las tropas que se avistaban a lo lejos no eran las de Grouchy, que debían aparecer en aquel momento, según sus órdenes, sino las del prusiano Blücher, que acudía a desnivelar por completo en su contra la reñida batalla de Waterloo. Ninguna noticia de Grouchy. Actuando con rapidez, Napoleón ordenó redoblar los ataques y emplear a la Guardia Imperial como arma definitiva. Pero la Guardia fue diezmada por los cuadros de tropas de Arthur Wellesley y se retiró desorganizada. El 26 de julio, Napoleón era desterrado a Santa Elena, en el Atlántico Sur, donde se preguntó hasta la saciedad qué había fallado, si él era el portador de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad. ¿Por qué no había sido entendido?

Parece que el presidente del gobierno español ha interpretado el pasado domingo que no llegaría Grouchy si esperaba hasta diciembre. Es más, las probabilidades de que lo hiciera Blücher irían en aumento de manera hiperbólica con el paso de los días, no ya de los meses. Ni siquiera el figureo de la presidencia de la UE podría contrarrestar el escenario de unos gobiernos de las comunidades autónomas recién perdidas levantando las alfombras. Y ya está bien de soportar tozudos e interminables análisis de los medios de comunicación contrarios regodeándose en las causas de la derrota en las municipales, con objeto de alimentar su agonía. Y cómo soportar el cambio de runrún en su contra dentro del Partido por el de clamor. Claro, si el presidente de Castilla-La Mancha, único que, a veces y no siempre, se ha postulado contra el quehacer oficial de Moncloa, ha ganado con claridad –es un decir-, habiendo salido trasquilados los “oficialistas”, pues tensión insoportable al canto. Así que, nos adelantamos a la jugada y recuperamos la libertad de acción. Un pelota anglosajón diría “Great”, término que nunca he sabido qué significa realmente.

Ya se ha escrito mucho en las últimas 48 horas sobre el tema de la fecha escogida, las vacaciones de tres cuartas partes de España al haber un puente estratosférico hasta en cuatro Comunidades Autónomas, que si el presidente busca con todo ello una abstención masiva, la cuestión de los plazos, el miedo al voto por correo –que no es inventado sino producto especialmente de lo ocurrido en la última semana-, etc. Todo ello, con ser muy importante al señalar voluntades de supervivencia inquebrantables por encima de cualquier consideración lógica o que busque el bien común, no es más que hojarasca que no prende fuego. Álgebra de partidos, de sumas y restas, de bloques, de comparecencias por separado o unidos según las circunscripciones electorales, de lucha por los terceros puestos en las provincias de seis diputados o menos, etc etc. La leña auténtica la produce una consideración que ya desarrollé extensamente en estas mismas páginas en diciembre pasado en un artículo denominado “Comienza el año político más largo y vital de la historia de España en lo que va de siglo (I)”; si el actual presidente del gobierno reedita las coaliciones, acuerdos, comprensiones, y direcciones a seguir de la última legislatura, bye bye España. Y esto sí se lo que significa. Les invito a que lean el artículo citado.

Porque la leña auténtica de la situación actual está en el contexto político que promovió el gobierno con la carrera legislativa de diciembre pasado relativa al Tribunal Constitucional, al tema de la sedición, al de la malversación, etc. Fue un sprint tremendo para luego meter morfina y hacer creer a los ciudadanos durante unos meses que lo importante era elegir a los alcaldes y a algunos gobiernos autonómicos. Llevamos medio año creyendo que este curso político estaba en el calendario sólo para eso. Ilusión. Y creo que, si con lo que ha llovido, y conociendo el pueblo español los precedentes, se reedita el tipo de gobierno recién disfrutado, no habrá derecho al llanto cuando el separatismo pida el referéndum si el gobierno lo avalase o se pusiera de perfil, con la comprensión del actual Tribunal Constitucional. Separatismo a varias bandas, claro. Si con lo que ha llovido, y conociendo el pueblo español los precedentes, se reedita el tipo de gobierno recién disfrutado, no llegamos al 2030 –esa fecha en que todo ocurrirá- tal y como somos ahora. Y será el pueblo español el responsable, porque está más que avisado. Ahora ya no hay grandes frases grandilocuentes previas de 95% de insomnio o de se lo repetiré hasta cinco veces. Ya no hay engaños posibles. Ahora, ya no. Ahora, el soberano de España, la Nación, elegirá el derrotero por el que quiere ir. Si escoge el despeñadero a sabiendas, adelante. Si cree que merecen la pena las prebendas que presuntamente seguiría repartiendo el gobierno hasta que no haya mañana, adelante. Si cree que todo ello debe estar por encima de la existencia misma, adelante. Concluyo: las próximas elecciones no son de corte ideológico, sino de subsistencia como nación. Ni más, ni menos.

Dicho todo esto, que es lo fundamental, no me atrevo a aburrirles con el tema de si la estrategia de cortar tajantemente espacios a los contrarios, en la forma que se ha hecho, es correcta o no. Y creo que, para las próximas elecciones nacionales, limpias a priori mientras no se demuestre lo contrario -cuestión que no deseo ni por asomo-, no se puede hacer una extrapolación de votos respecto a las del domingo pasado. Es cierto que el presidente ha hecho campaña y se ha involucrado, pero ha acudido a ellas como los antiguos romanos cuando atacaban o se defendían en “posición tortuga” con los escudos y los “pila” de los compañeros, en este caso aspirantes a alcaldes y a presidentes de Comunidad Autónoma. Ahora va a cuerpo descubierto y prácticamente solo junto con su guardia pretoriana. Ahora, está solo.

Ya se intuye y se oye la panoplia de argumentos que utilizará el presidente: que viene la ultraderecha, y que en democracia es bueno el equilibrio de poderes entre los territorios y el central, y España debe ser lo suficientemente madura como para expresarlo así con respecto al domingo pasado. El primero de los argumentos, ya lo vaticino, podía tener efecto hace dos o más años; ahora ha sido neutralizado por completo. Ni un solo voto se moverá por ello, porque ya no hay complejos en los votantes de la denominada “derecha” –que arcaísmo tan estúpido esto de derechas e izquierdas-, aparte de que el PP alargará las negociaciones con VOX lo que estime conveniente, dentro de sus plazos, para no ofrecer los costados. El segundo, el del reequilibrio, es propio de sistemas en los que las nuevas elecciones se realizan en mitad de mandato como los famosos “mid term” de EEUU, y está más bien referido a Congreso y Senado. Además, con dos meses de diferencia, poco reequilibrio se espera que pueda haber.

E intuye quien esto escribe, a riesgo de equivocarse, claro está, que la pérdida de todas las capitales andaluzas será una broma en comparación con la disminución de votos en esta Comunidad para su Partido el 23 de julio. Irán a la abstención o incluso al PP pare evitar un rol importante de VOX. Es el “efecto Moreno Bonilla” que acaba de verse ahora en Madrid. Y ocurrirá en Extremadura; y en Castilla-La Mancha, donde los votos los ha labrado García-Page; y nada de recuperar en Valencia o Baleares; y ojo con la presunta victoria socialista en Cataluña porque Junts y ERC volverán a sus niveles, y los antiguos votantes de Cs no irán al PSOE; y en Canarias, habrá una subida importante de Coalición Canaria y PP. Mal asunto. Los antiguos legionarios romanos obtenían mejores resultados en la citada posición tortuga que en solitario. Lo dice la historia, no yo.

Acabamos. Analicemos el calendario. Personalmente, agradezco al presidente que nos haya liberado del gobierno, y de Congreso y Senado. ¡Qué paz durante el mes de junio! Pero habrá que ponerse tapones en los oídos y no ver tv durante el mes de julio. Recuerdo que el presidente tiene un calendario muy europeo y otánico hasta el día 18 –cinco días antes de las elecciones- lo que podría parecer, en principio, favorable a sus intereses propagandísticos. Pero en julio hace un máximo de calor y se enervan los sentimientos en negativo. Eso lo sabe un estudiante de Primero de Psicología. Muchos se habrán quedado sin vacaciones o habrán debido cambiarlas con el consiguiente cargo económico. Además, y nadie lo dice, el país estará ardiendo por los cuatro costados, con la crispación que ello produce verano tras verano. Y el presidente constantemente de viaje, mientras los de siempre se parten la cara contra los incendios, o los sufren. Los votantes estarán muy crispados, mucho. Mala cosa. Pregunten en La Palma como le ha ido al PSOE.

Y hay Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN en Vilna los días 11 y 12 de julio. Aún no ha aparecido quién sustituya al Secretario General Stoltenberg, que lleva casi nueve años en el cargo y lleva tiempo queriendo irse. El SG no suele ser norteamericano sino europeo, y los dos últimos han sido nórdicos. No descarten nada si las encuestas internas, no las del CIS, son desfavorables para el PSOE y nuestro presidente es requerido para “tareas superiores” como futuro pacificador del mundo occidental. No estuve en la reunión de Washington con Biden del 12 de mayo pasado, pero tengo ya una edad diría que más que provecta para creer que sólo se habló de la familia, del apoyo a Ucrania, de cupos de inmigración y de las arenas de Palomares. Todo eso se puede hacer por videoconferencia. Porque esperar, si hay derrota el 23 jul, para sustituir a Ursula von der Leyen como presidente de la Comisión Europea, o a Charles Michel del Consejo Europeo, llevaría al presidente Pérez-Castejón hasta diciembre 24; demasiado tiempo como simple Jefe de la Oposición después de haberlo sido todo. Ya Felipe González mostró el camino en 1997, también un día de calor pero menos que el que se espera para el 23 jul, aunque no le llevara a puestos de relevancia europeos ni otánicos.

Creo que es la quinta vez que refiero este tema en estas páginas en el último año. Por si acaso, fíjense bien quién va en las listas en el número 2, no sea que ya se haya producido el nombramiento in pectore del sucesor, ante una posible proclamación del presidente Sánchez en dicha Cumbre, con relevo el 30 de septiembre próximo, o si se pide al actual Secretario General que siga unos meses. Pérez-Castejón podría estar en el cargo casi una década dado que la situación previsible con Rusia va para largo. Máxima expectación.

Así que, segunda vuelta inmediata para sobrevivir después del descalabro de las municipales de 2023. Y me viene a la memoria que Alfonso XIII estaba el 15 de abril de 1931 cogiendo un barco para irse de España después de un resultado mucho más igualado que el de ahora, e incluso habiendo vencido el sector monárquico en el global nacional en las municipales de tres días antes. Yo no deseo que nadie tenga que irse de España, empezando por mí, porque en este maravilloso país cabemos todos, pero, como decía el famoso actor cómico, “un poquito de por favor”.

Jacinto Romero Peña

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