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Si mañana el papa Francisco, a sus 86 años, dijese públicamente que Dios no existe, y publicase un libro argumentando sus razones, la noticia iba a ser portada en todos los medios de comunicación, y su libro iba a convertirse en el best-seller del año.
En todos los foros ateos se aplaudiría la brillantez intelectual de Jorge Mario Bergoglio, no escatimando elogios a la hora de resaltar sus grandes conocimientos teológicos. Y así hasta el empacho. ¿Pero qué sucedería si la noticia fuera al revés? Me explicaré.
Los ateos militantes, no tienen papa, aunque a la marcha que vamos la ficción puede ser sobrepasada por la realidad, pero lo que sí existe es una figura emblemática -a nivel mundial- que los representa de una manera oficiosa. Por ley de vida, el título mediático de ´el ateo más famoso del Mundo´, va cambiando de manos cada vez que el titular de la virtual e impía poltrona, fallece o ´cambia de bando´.
En la actualidad quien ostenta dicho título es Richard Dawkins, de 82 años, siendo su predecesor el filósofo británico Antony Flew.
Antony Flew, hace diez años, y a la edad de 81 años, comenzó a desdecirse de su ateísmo. Este personaje del que se había escrito innumerables veces que era ´el ateo más influyente del mundo´, terminó confesando que creía en Dios.
Antony Flew, declaró públicamente, en una entrevista titulada «ATEO SE VUELVE TEÍSTA – ENTREVISTA EXCLUSIVA CON EL EX-ATEO ANTONY FLEW”», que tuvo que rendirse ante la evidencia de los hechos. Según Flew, los recientes descubrimientos científicos en los campos de la Cosmología y de la Física, así como “los hallazgos realizados durante más de cincuenta años de investigación del ADN sirven de base para nuevos y poderosísimos argumentos a favor del diseño”. Pero lo más fuerte de las declaraciones de Flew fue cuando declaró que el “relato bíblico [del capítulo uno de Génesis] podría ser exacto desde el punto de vista científico”.
Más tarde, en una carta, escribiría: «Ahora me doy cuenta que me he engañado a mí mismo creyendo que no había teorías presentables del desarrollo de materia inanimada hasta la primera criatura viva capaz de reproducirse».
Por si había alguna duda sobre sus palabras, Flew publicó el libro «There is a God: How the World’s Most Notorious Atheist Changed His Mind (HAY UN DIOS: CÓMO EL ATEO MÁS INFLUYENTE DEL MUNDO CAMBIÓ DE OPINIÓN)».
Pues bien, exactamente los mismos (los de siempre) que mañana aplaudirían la lucidez del papa Francisco, si a sus 86 años renegara de su fe, dijeron que Antony Flew, ´chocheaba´.
La verdad es que poco más pudieron decir, para salvar su vergüenza que, aún hoy, debe ser mucha; solo de pensarlo me sonrojo. La misma vergüenza que pasarían muchos católicos, que no todos, si mañana el papa Francisco, se declarara ateo convencido; pero va a ser que no. Hoy por lo menos.
Si usted busca en Internet nombres de famosos que han pasado del ateísmo exhibicionista a creer en la existencia de Dios, o a pasarse del protestantismo al catolicismo, se encontrarán con una lista interminable de poetas, filósofos, matemáticos, científicos, dramaturgos, novelistas, médicos, sociólogos, psiquiatras, periodistas, deportistas de élite, políticos, actores, cantantes, etc… tales como: Giovanni Papini, Ronda Chervin, C. S. Lewis, Lou Tseng-Tsiagn, Janne Haaland Matlary, Sergio Peña Y Lillo, Sergio Peña Y Lillo, Svetlana Stalin, Douglas Hyde, Douglas Hyde, Pieter Van der Meer, Manuel García Morente, Ignace Lepp, Paul Claudel, María Meyer-Sevenich, Francisco Orestano, Maximo Acri, Gertrude Von Le Fort, Jacques Maritain, Albert Camus, Antonio Gramsci , Vittorio Messori , Agustín María Schouwaloff, Illemo Camelli, Charles de Foucauld, Pierre Lecompte de Noüy, Joannes Joergensen, Eva Lavalliére, Charles Nicolle, Henri Ghéon, Joris-Karl Huynams, Leonardo Mondadori, Evelyn Waugh, Peter Wust, Daniel Rops, Leonard Cheshire, Fred Copeman, Alberto Leseur, Regina García, Eduardo Verástegu, Takashi Nagaï, Claudia Koll, Gary Cooper, Carlos Ballbé, Pedro Fusté, Amada Rosa Pérez, Kim Yu-Na, Pedro Sarubbi, Rino Cammilleri, Stanley Kirk Burrell, Alice Cooper, G. K. Chesterton … Aclarando que ni están todos lo que son, pero sí son todos los que están.
Por el contrario, si usted busca en Internet nombres de famosos que han dejado de ser públicos creyentes, para abrazar al ateísmo, no encontrarán ni uno solo. Yo por lo menos, no lo he encontrado; aunque sí que conozco a uno que, famoso, lo que se dice famoso, no lo es, pero que sí es muy conocido en su casa, a la hora de comer. Vamos, lo que se conoce como ´ateo sostenible, de proximidad´.