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Aullidos en la noche oscura, lastimero canto de un desilusionado, herido por la pena de haber muerto solo, sin un mal abrazo.
Sombras mudas; besos al vacío, perdidos sin rumbo ni destino…, besos de gélidos labios que buscan el amor perdido, pero sin nunca poder encontrarlo.
Desamor y muerte en la penumbra; ronco estertor que a la luz de la Luna, retumba bajo una fría losa de mármol.
NOTA: Aquellos que no conozcan la poesía romántica del siglo XIX en España, difícilmente comprenderán esta atípica publicación en PERIODISTA DIGITAL.
Al final, tan solo se trata de transmitir de vez en cuando, lo que siente un poeta, servidor, que ha nacido en el siglo equivocado, y que por circunstancias, y tanto ´mamón´ suelto, se ve impelido, más veces de las deseables, a escribir sobre temas tan poco líricos, como política o economía; aunque, eso sí, siempre con una pinza en la nariz, y mordiéndose los labios.
Mi eterno agradecimiento a Alfonso Rojo, por su comprensión y paciencia para con este humilde ´junta letras´, al que ha acogido sin reservas, como tan solo acogen los hermanos.