Feijoo nos ha demostrado que lo de hacer de parlamentario no se le da nada mal.
Tiene el timbre, el tono, el ritmo y la preparación precisa para manejarse decentemente en la sede de la soberanía nacional.
¿Dónde ha estado metido el Feijoo que este 26 de septiembre de 2023 ha retratado a un Sánchez que ni se ha atrevido a replicarle?
Feijoo, empiezo a sospechar, que tiene varias personalidades.
Es un actor político camaleónico, con capacidad para mimetizarse con el entorno que cree que le conviene.
Feijoo ha empezado a demostrar que se sabe la lección, días después de hacer el examen.
Durante los meses en los que debía haber sido el tábano de Sánchez, se ha comportado como un perrito de Scotex, enrollado entre mucho papel higiénico salido de los baños de Genova 13.
El «Feijoo» que se excita por el aplauso de Guardiola o Semper, no es el Feijoo que necesitamos, ni en el que hemos visto este martes en el Congreso de los Diputados.
Queremos a este último, al «Feijoo» que propone, que tiene una agenda y que da una respuesta social a los problemas de la inmensa mayoría de los españoles.
Feijoo no puede perder el tiempo contentando a la Cadena SER.
Tiene que convencer y persuadir.
Tiene que transmitir que se cree lo que defiende.
Tiene que dejar de defender el Régimen del 78 como si de algo sagrado se tratase.
Tiene que empezar a representar a una mayoria más amplia y no limitarse a las gentes que acudieron el pasado domingo a su mitin.
Tiene que dejar de apelar a un PSOE bueno que no ha existido, ni existe, ni existirá.
El PSOE, con los ladridos de Oscar Puente, ha demostrado que Feijoo se equivoca cuando inocentemente busca bondad en un partido amoral, cainita y guerracivilista.
El PSOE tiene muy claros sus aliados y sus enemigos.
Feijoo, hasta este martes, no parecía tenerlo tan claro.
Feijoo, si cuaja de verdad como líder del centroderecha español y de la oposición, será el azote de Sánchez.
Debe restregar por la cara al jefe del PSOE, como ha hecho Abascal, que pactaría con traficantes de órganos, con mafiosos y con violadores si lo necesitara.
Feijoo debe tejer una oposición dura con todo el poder territorial que tiene, construyendo un relato mediático que no pare de dar cera a Patxi Lopez, Oscar Puente y Adriana Lastra.
Feijoo ha demostrado que puede enfrentarse y arrasar al PSOE y sus compinches en el Parlamento, pero ¿y fuera de allí? ¿en los mitines? ¿en la batalla del relato? ¿cuándo un violador beneficiado vuelva a las andadas? ¿cuándo se apruebe la amnistia? ¿cuándo convoquen el referendum de desconexión? ¿cuándo más etarras sean homenajeados? ¿cuándo Otegui sea lendakari? ¿cuándo se sigan usando los pinganillos dichosos? ¿cuándo la ley de memoria historica destruya monumentos o censure a historiadores?
Ese día quiero ver yo a Feijoo, de momento no lo he visto.
He comprobado que es un gran parlamentario como lo era Pablo Casado, pero en eso se quedó el joven y palentino lider, en eterno parlamentario.
¿Será Feijoo el próximo eterno buen parlamentario?