Se consumó la infamia y Pedro Sánchez ya ha conseguido su objetivo de seguir siendo presidente del gobierno. Y lo hace desde la mentira, el engaño y la traición a todos los españoles. A los que le han votado y a los que no. Sánchez y sus súbditos socialistas repetían en campaña que jamás negociarían una ley de amnistía y un referéndum porque no cabían en la constitución.
Todo eso antes de necesitar el apoyo de los independentistas. Unos días después y cuando ya si era necesario el relato ya era otro. Ya si cabía en la constitución y por supuesto que una ley de amnistía era muy necesaria para lograr la convivencia en Cataluña. Cómo son las cosas, oye.
Tampoco sorprende a nadie que una persona que miente a todo el mundo y todo el rato sea capaz de engañar a sus votantes prometiendo cuestiones que luego no cumplirá y esconderá bajo el mantra de los «cambios de opinión». Tenemos ante nosotros al gobierno más iliberal y menos progresista de la historia democrática de nuestro país.
No es creíble que nos digan a los españoles que la extrema derecha vasca del PNV y la derecha xenófoba de Junts sean ahora adalides del progreso. Esos mismos que retrataba muy bien Arrimadas en una sesión plenaria del Parlament de Cataluña en la que reproducía las palabras de Quim Torra en un tweet en el que llamaba a los españoles bestias taradas con forma humana.
Son unos racistas, si, pero al menos no gobierna la derecha. Se presentaron a las elecciones para parar a la derecha y a la extrema derecha y han acabado dejando la gobernabilidad de nuestro país en manos de la verdadera extrema derecha, de los xenófobos y racistas y de aquellos que quieren destruir la unidad de España, la convivencia entre españoles y crear un muro entre ciudadanos de segunda y de primera. Vascos y catalanes los primeros, por supuesto
La ley de amnistía es muy necesaria dice el PSOE. También lo es seguir comprando votos con la gratuidad del transporte público y sin distinción de renta. Será que España no tiene otros problemas. España no es uno de los países líderes en desempleo juvenil. España no es uno de los países donde es más difícil acceder a la vivienda o alquilar un apartamento.
España no es uno de los países donde montar una empresa es más difícil. Y por supuesto, regiones como Extremadura ya por fin tienen el tren que merecen. Bendito progresismo. Pero es que como bien decía María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura, por mucho que no se nombren los problemas éstos no van a desaparecer.
Los problemas de los españoles parecen no importarle a un gobierno que desde ya va a dar la espalda a lo verdaderamente importante para complacer los deseos de sus socios imprescindibles de gobierno.
Todo con tal de seguir un ratito más en Moncloa. La reforma del CPGJ y la despolitización de la justicia e instituciones seguirá pendiente, los jóvenes seguirán sin empleo y marchándose fuera en busca de oportunidades, el sistema de pensiones seguirá siendo una estafa piramidal y seguirá generando una brecha intergeneracional por la falta de ambición de un gobierno más centrado en Cataluña que en el conjunto de España.
Todo por 7 votos.
Todo por el poder a costa de la igualdad entre ciudadanos, la libertad y la democracia que se verá brutalmente dañada por el gobierno entrante.