Vivir sin perder el sueño por tener la conciencia negra es posible. Es como caminar bajo la lluvia, que al principio te mancha, luego te cala la ropa y molesta, pero que finalmente, una vez estás empapado, te resbala y ya no te das cuenta.
La conciencia se puede lavar, pero para ello hace falta reflexión, humildad, y reparación, en la medida de nuestras posibilidades, del daño hecho. Es decir, que los españoles lo tenemos claro.
¡A San Joderse toca!
Pero por lo menos ahora nos queda poder emigrar a Argentina.

