Cuando falleció mi padre, hace casi cuarenta años, entre activos y pasivos, heredé a su mejor amigo, hoy ya también fallecido. Durante años mantuvimos largas conversaciones telefónicas en las que mi ´heredado´ amigo siempre concluía de la siguiente guisa: ´Me preocupa mucho las actividades ilícitas de mi suegro y su hijo, mi cuñado. Yo les digo que se están jugando la cárcel, pero ellos se ríen y me dicen que no hay de qué preocuparse; que la policía es tonta´.
La primera vez me quedé ´anodizado´ al escucharle, pero no me atrevía a preguntarle detalles por teléfono. Así que en la primera ocasión en que nos vimos, le pregunté sobre los ´asuntos´ de su familia política. Me respondió que su suegro era gilipollas, pero honrado, y que lo de los ´negocios ilícitos´ me lo decía por si él, o yo, teníamos el teléfono ´pinchado´. Nada sorprendente por otra parte, en la ´década prodigiosa´ de Míster X.
Mi amigo no sabía si teníamos el teléfono ´pinchado´, pero los que según parece, sí lo sabían, eran los presuntos hampones de la banda de las mascarillas.
Así que ese es el valor que tiene sus ponzoñosos comentarios, mentando y ´enmerdando´ a eméritos ´pagafantas´ de Génova 13. Y eso, hasta el más tonto lo sabe. Bueno, no; no lo saben porque son muy tontos; amén de multitud, y por eso merecidamente representados.
El problema con que se han encontrado estos ´listillos´ es que los miembros de la UCO no son policías, sino guardias civiles…
Palomitas, sillón, y a disfrutar de la que se va a liar. ¿Más aún? Pues sí.
Esto no ha hecho más que empezar.

