… y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…
¿Sí? ¡Pues no! El papa Francisco ni perdona, ni pone la otra mejilla.
A lo mejor porque se siente superior al resto de los mortales, y piensa que él está por encima de la oración fundamental del cristianismo, que no enseñó el propio Jesús.
Veamos a continuación, por qué afirmo esto, aun a riesgo de terminar como el italiano Marco Felipe Perfetti, bloguero del sitio SILERE NON POSSUM; aunque, dicho sea de paso, me importa una criadilla.
El Tribunal Vaticano ha abierto un proceso penal contra Perfetti, acusado de un delito de difamación.
El blog y su director Felipe Perfetti están acusados de haber proporcionado noticias «amparadas por el secreto pontificio» y «de haber dañado el honor del Pontífice”.
Dado que el bloguero no vive en el Estado Vaticano, no sé cómo se las van a apañar para juzgarlo, condenarlo, y, llegado el caso, encerrarlo en las mazmorras vaticanas.
Pero lo más surrealista es encausar en un procedimiento penal, a un ´blog´.
Claro, salvo que sea para encerrarlo en una cárcel de papel, a imagen y semejanza de aquella que tenía el semanario de humor ´La codorniz´.
En cualquier caso, lo que sí ha quedado meridianamente claro es que si ofendes al papa Francisco, no solo no te perdona, sino que si puede, te ´enchiquera´.
En cualquier caso, lo más kafkiano es la acusación de «de haber dañado el honor del Pontífice”, como si para estas fajinas, Francisco necesitara ayuda.