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¿Por qué fracasan tantas parejas y matrimonios…? Porqué las personas cambian con el tiempo…, o porqué realmente nunca fueron lo que aparentaban ser, y con el paso de los años se quitaron la máscara, descubriendo su auténtico rostro.
Entonces, ¿dónde queda el amor? ¿Acaso el amor es un sentimiento con fecha de caducidad…, o simplemente es una reacción por miedo a la soledad…; o tal vez no es más que el despertar del reloj biológico que dispara el instinto animal de reproducción?
¿Qué es realmente el amor?
¿Solo eso?
¿Tan primario y superficial es el amor?
Eso que llamamos amor, nos puede llegar por tres vías distintas: Cabeza, tripas, o corazón. O dicho de otra manera: De la mente, del instinto animal, o del alma.
El amor que proceda del pensamiento racional, o del instinto animal, terminará por fallar, y no porque el amor falle, sino porque nunca fue realmente amor.
El amor que perdura es aquel que nace del alma; o, si lo prefieren, del corazón: ese músculo que bombea sangre, sin función emocional alguna, pero en dónde, de un modo tan cursi como acientífico, se ubica el amor.
Y es que siempre es más ´políticamente correcto´ hablar de corazón que de alma, tal vez porque eso de ´alma´ suena a Dios.