Don Quijote, aturdido por lecturas
absurdas que su mente enajenaban,
sus torcidas neuronas le llevaban
a un mal viajar en busca de aventuras.
Confundido, creyó ver las figuras
de gigantes que, fieros, le miraban
en molinos; sus aspas, pues giraban,
brazos eran al son de sus locuras.
El Hidalgo, luchó con los gigantes
con ya saben qué penoso resultado.
Tenemos en España “Rocinantes”,
pues tanta propaganda se ha tragado,
creídos ser caballeros andantes
molinos, por fascistas, han tomado.
Ven falsa ultraderecha en ojo ajeno…
¡De ese mal, viga propia, más que lleno!