Sigue sin estar clara la cuestión
en cuanto a decidir qué miserable
fue, por incompetente, más culpable
de la mortal, reciente inundación.
Aunque ninguno merezca perdón
sin duda alguna, el mayor responsable
de esta catástrofe, en parte evitable,
será quien perpetró la sinrazón
de permitir que ineptos e ignorantes
sin el menor éxito conocido,
en gestión poco más que principiantes,
simplemente, por ser de algún Partido
accedieran a puestos relevantes.
Como era de esperar, así nos ha ido.
Un Régimen que encumbra a los peores
es culpable de todos sus errores.