Hay silencios que gritan, ciertamente.
“Quién calla, otorga”, dicho de otro modo.
No paran de acusar de bulo y lodo
a todo lo que afecte al Presidente.
Echan siempre la culpa a los de enfrente,
rendida Oposición, que es acomodo:
un “Pepé”, que les sigue en casi todo.
Y, así, salen del trance… hasta el siguiente.
No paran de llorar “todo es mentira”;
mas, de que justifiquen, no hay manera,
los viajes a “ya saben”. ¡Son la tira!
O cuánto el Presidente interviniera
en lo que su mujer, con él, conspira,
por más que el Abascal se lo pidiera.
Según ellos, no puede irnos mejor.
¡Jamás admitirán un solo error!