Los que en Europa siguen confiando
en busca de progreso y libertad,
iguales en la Ley, prosperidad,
ya pueden, ilusos, irse olvidando.
Tampoco esperen, cómo, ni cuándo,
vuelva a las calles la seguridad,
o brille en las noticias la verdad.
¡Se van a quedar calvos esperando!
Tampoco por urnas o Tribunales.
Sólo hay un camino a la solución:
un nuevo Partido, de intelectuales,
que arrastre a lo mejor de la nación
podrá poner remedio a nuestros males
si cambiara la actual Constitución.
Por una que se cumpla, simplemente.
Sólo con eso, será suficiente.