El caso que salpica a Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación de Badajoz y presidente del PSOE en Extremadura, constituye una muestra clara de cómo la mentira, el nepotismo y la confusión de lo público y lo partidista han contaminado hasta las últimas fibras de las instituciones gobernadas por el Partido Socialista Obrero Español. La instrucción judicial abierta por la juez Beatriz Biedma, que propone el procesamiento de Gallardo y de David Sánchez (hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez), desvela un entramado de favores, ocultaciones y contradicciones, cuya gravedad excede con mucho la dimensión local o provincial…
Mentiras bajo juramento y pruebas documentales
En su declaración del 8 de enero de 2024, Miguel Ángel Gallardo afirmó bajo juramento: “Creo que nunca he comido con David Sánchez, lo he visto en muy pocas ocasiones, a lo mejor tres o cuatro veces al año”. Añadió que no sabía que era hermano del presidente del Gobierno y que no tuvo participación alguna en la creación o adjudicación del puesto que se creó a propósito, para David Sánchez en la Diputación.
Sin embargo, el auto judicial fechado en abril de 2024 contradice de forma rotunda estas declaraciones. Tres correos electrónicos aportados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, numerados como 300, 585 y 679, demuestran que David Sánchez y Miguel Ángel Gallardo mantenían una relación “estrecha”, según las palabras de la juez: “Se habla de comidas informales y contacto fuera del horario laboral durante el fin de semana”.
La juez lamenta que los correos del propio Gallardo no hayan podido recuperarse, ya que se enviaron desde una cuenta que usaba como alcalde de Villanueva de la Serena, y que han sido eliminados. Este hecho, añade la juez, “obstruye la reconstrucción completa del proceso de creación del puesto”, y sugiere una estrategia deliberada para borrar pruebas comprometedoras.
Uno de los correos clave incluye una cadena en la que se detallan los “plazos mínimos” para crear y adjudicar la plaza de coordinador musical que finalmente ocupó David Sánchez. Gallardo respondió a ese correo con un escueto “Estupendo”. Como indica la juez Biedma: “No consta que el presidente de la Diputación se interesase por ningún otro puesto específicamente, ni desde luego por los plazos para su adjudicación”. La selección del hermano de Pedro Sánchez no fue fruto del azar ni de un procedimiento neutro.
Un delito de despacho y la dificultad probatoria
La juez recalca la naturaleza delictiva de lo ocurrido como “delito de despacho”: una figura caracterizada por su discreción operativa, la informalidad de sus pactos y la carencia de pruebas directas. “Van precedidos de conversaciones y actos preparatorios que es muy difícil que estén documentados”, escribe Biedma, para justificar la relevancia probatoria de los pocos correos disponibles. “Lo allí extraído solamente sería la punta del iceberg de lo verdaderamente comentado y preparado”, añade.
El parentesco conocido y la estructura jerárquica
El auto desestima por completo la posibilidad de que Gallardo ignorara el parentesco entre David y Pedro Sánchez. Afirma: “No es verosímil que dicho hecho no fuera conocido por el presidente de la Diputación, directores y diputados de Cultura y resto de investigados”. Pedro Sánchez ya había sido secretario general del PSOE entre 2014 y 2016, y volvía a serlo desde mayo de 2017.
Uno de los elementos clave del auto es el correo de Elisa Moriano, directora de Cultura de la Diputación, imputada también, dirigido a los conservatorios, donde comunica que “han decidido que el futuro coordinador actúe sobre los dos conservatorios”. Para la juez, este correo refleja “la participación de superiores jerárquicos en la decisión”, es decir, de la cúpula de la Diputación Provincial de Badajoz.
La farsa del susanismo de Gallardo
Gallardo afirmó también en el juzgado, a preguntas de la juez Biedma, que “no era cercano a Pedro Sánchez” y que “fue susanista” en la pugna por la Secretaría General del PSOE. Sin embargo, diversas fuentes y la propia hemeroteca desmienten esta afirmación. Aunque formalmente acudió a actos de apoyo a Susana Díaz, Gallardo fue desde 2014 uno de los baluartes de Pedro Sánchez en Extremadura. En junio de 2016, compartió mitin con él en Villanueva de la Serena. En mayo de 2017, Pedro Sánchez lanzó su campaña de primarias desde Don Benito, bastión de apoyo sanchista.
Querellas y fiscalía: la persecución de la disidencia…
Uno de los aspectos más preocupantes del caso ha sido la reacción institucional posterior. Gallardo ha presentado querellas por «injurias» contra quienes han divulgado que mantiene una relación íntima con David Sánchez, calificación que coincide con la que figura en el auto judicial (“relación estrecha”). Pero aún más grave es la actitud de la Fiscalía, que ha tomado la iniciativa en algunos casos para perseguir de oficio menciones en redes sociales, artículos, blogs y medios digitales.
La pregunta que resonó con escándalo en la sesión de control del Congreso resuena aquí con pertinencia: “¿De quién depende la Fiscalía?”. Pues eso. El uso partidista de los mecanismos públicos de persecución judicial y censura mediática convierte este escándalo en un caso de estudio sobre la degeneración institucional del Estado de derecho bajo el sanchismo.
Conclusión: un caso que excede Badajoz
El caso Gallardo-Sánchez no es una anécdota local ni un desliz administrativo. Es la expresión nítida de una cultura de poder basada en el clientelismo, la opacidad y la impunidad. Que un alto cargo (además, el más alto representante del partido gobernante en Extremadura) mienta bajo juramento, que borre correos comprometedores, que se pruebe una relación privilegiada y que, pese a ello, se recurra a la censura judicial para silenciar críticas, es inaceptable en una verdadera democracia en la que exista una estricta separación de poderes, estado de derecho y todos los estándares, requisitos que nos permitan homologarnos con los países de nuestro entorno cultural y civilizatorio…
Pero en la España del PSOE de Pedro Sánchez, por desgracia no sólo es posible: es lo habitual. Y eso, como dijo Ortega y Gasset, es ya una forma de barbarie institucional.
Cronología del caso Gallardo–David Sánchez
Esta cronología refleja cómo la creación y adjudicación de un puesto exprofeso para el hermano del actual presidente del gobierno, en la Diputación Provincial de Badajoz ha deseembocado en un proceso judicial que involucra a altos cargos políticos y ha generado un intenso debate sobre la transparencia y la ética en la administración pública.
2017
- Creación del puesto de Coordinador de Actividades de los Conservatorios: La Diputación de Badajoz establece una nueva plaza que, según la jueza Beatriz Biedma, fue diseñada específicamente para David Sánchez, sin seguir un proceso de selección transparente .
Mayo 2024
- Inicio de la investigación judicial: La jueza Biedma abre una investigación tras una denuncia de Manos Limpias, basada en reportes periodísticos que cuestionaban la legalidad de la contratación de David Sánchez .
Enero 2025
- Declaraciones judiciales:
- 8 de enero: Miguel Ángel Gallardo declara que no tenía conocimiento del parentesco entre David Sánchez y el presidente del Gobierno y que su relación con él era mínima.
- 9 de enero: David Sánchez comparece por segunda vez ante el juzgado, negando cualquier irregularidad en su contratación .
Abril 2025
- Procesamiento de los implicados:
- 28 de abril: La jueza Biedma procesa a David Sánchez, Miguel Ángel Gallardo y otros nueve cargos públicos por presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias. Se destaca que el puesto fue creado para satisfacer las preferencias personales de Sánchez .
Mayo 2025
- Reacciones y recursos:
- 1 de mayo: Se publica que las fechas del cargo creado para David Sánchez coinciden con el ascenso de su hermano en el PSOE, sugiriendo una posible correlación entre ambos hechos .
- 2 de mayo: David Sánchez anuncia su intención de recurrir el auto de procesamiento, solicitando la suspensión de los plazos procesales para preparar adecuadamente su defensa .