Ramiro Grau Morancho: «España en llamas, pero Sánchez y Felipe VI siguen de vacaciones»

Y están bien

Ramiro Grau Morancho: "España en llamas, pero Sánchez y Felipe VI siguen de vacaciones"

España arde en llamas, pero el régimen comunista sanchista pasa de todo…

Y también el jefe del Estado, que creo recordar sigue siendo Felipe VI, de vacaciones por Grecia.

¡Están agotados…, de lo poco que hacen!

Además, Sánchez está bien. Y ha comido. ¡Lo demás, no importa!

Toda la España gobernada por el PP, “casualmente”, y no creo en las casualidades, sino en las causalidades, arde, pero la vicepresidente tercera, tan mona ella, con esa belleza de superpija progre, ya casi otoñal, dice que si necesitan que haya algo, o que vaya a visitar las zonas afectadas, que cuenten con ella.

Pero procurará no ir, porque seguro que se le ensuciará el pelo y la ropa, que hay que ver lo sucios que son esos incendios…

Y las autonosuyas afectadas están acreditando, y con matrícula de honor, que son un atajo de inútiles e incompetentes, donde abundan las consejerías de medio ambiente, de agricultura y ganadería, del medio rural, directores generales para todo y para nada, y cientos de “asesores”, a cual más imbécil.

¿Qué hemos hecho los españoles para merecer esta mierda de gobierno, y esta mierda de autonomías…?

Procedo del medio rural, pues soy de pueblo, ahora ya casi aldea, Laguarres, en la Ribagorza oscense, y tengo ya una edad para que no tengan que contarme lo que sucedía hace medio siglo, más o menos.

Los bosques se limpiaban, entre otras razones para hacer leña, y las ovejas y cabras contribuían a esa limpieza de la maleza, tan necesaria.

Se hacían cortafuegos, para evitar que si había un incendio, se propagara en exceso.

En invierno, el  ICONA, Instituto para la Conservación de la Naturaleza (entonces sí que eran ecologistas, de verdad), contrataba tractores, palas y obreros de los pueblos, con sus contratos de trabajo y seguros sociales en regla, para limpiar los montes, cortar madera en determinadas zonas que era necesario, recoger los árboles caídos, replantar masa forestal, en su caso, etc.

Y con ello se conseguían dos finalidades, ambas muy útiles y positivas: asentar población en el medio rural, pues esos jornales en los duros meses de invierno suponían una buena entrada de dinero en las casas y familias, siempre tan necesaria, y los bosques, el  pulmón de España, estaban en buen estado de conservación.

Ahora, en cambio, se persigue a los agricultores y ganaderos, se les prohíbe hacer nada en los montes de su propiedad…, ¡y se les mata a impuestos!

Claro, hay que mantener a decenas de consejeros de medio ambiente, directores generales y miles de “asesores”, que en realidad son comisarios políticos de los partidos con mando en plaza, la mayoría de los cuales no saben ni hacer una o con un canuto.

Arde España por los cuatro costados, pero tranquilos, que no  cunda el pánico: Felipe y Sánchez están de vacaciones.

Ambos han comido,  y están bien.

Todo lo demás, ¿a quién le importa…?

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Autor

Ramiro Grau Morancho

Académico, jurista y escritor

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