Para los progres, el sexo con menores, la compra de favores sexuales y el turismo sexual son conductas dignas si las practican ellos. Ahí está el caso de Román Polanski.
¿Os imagináis que un obispo hubiese emborrachado y violado a una niña de 13 años, hubiera llegado a un acuerdo judicial con el fiscal y hubiera huido antes de cumplirlo? La Patrulla Progre lo perseguiría por tierra, mar y aire. En cambio, como se tratase de un progre, sus hermanos disculparían su delito y le protegerían. Así ha ocurrido con Román Polanski. Los directores de cine, como dijo Pedro Almodóvar, son dioses. Y no, no es una suposición; es una realidad.
Polanski ha sido puesto en libertad porque Estados Unidos no ha enviado a Suiza documentación que pidieron los tribunales de este último país. El director pederasta ha sido recibido por el Imperio Progre con alborozo. Es el momento de recordar los apoyos que recibió por parte de sus camaradas, que disculpaban a un delincuente por su presunta genialidad. Uno de quienes más le apoyaron fue Woody Allen, que se acostaba con la hija adoptiva de su amante. ¡Ah, los nuevos modelos de familia!
Tan despreciables como las declaraciones de los coroneles del Imperio Progre son los comentarios de los progres de a pie. En Público uno de éstos escribe lo sigiente:
La niña reconoció que en ningún momento fue forzada, no era virgen, y ya tomaba drogas.
Y otro en El País:
ni progres ni leches, que no se enteran QUE NO HUBO VIOLACIÓN, que fueron relaciones consentidas, que la nena era una Lolita y se le metió en la cama.
Vamos, que era puta, que se lo merecía y que le gustó.
Entre quienes se han alegrado de la liberación de Polanski está el ministro de Sarkozy Frédéric Mitterrand, que reconoció haber recurrido al turismo sexual en Tailandia para conseguir efebos. ¡Hoy por ti, mañana por mí!
Hace unos días, el director de orquesta Mijaíl Pletnev fue acusado de violar a un niño de 14 años en Tailandia, ese país despreciable donde un porcentaje muy alto del PIB proviene del sexo. Bueno, como era mayor que la niña que violó Polanski y ha ocurrido en el Tercer Mundo en vez de en Estados Unidos, no le ocurrirá nada, salvo un susto.
(Sobre la Iglesia católica belga y los delitos sexuales de algunos sacerdotes, dos excelentes artículos: Quien siembra vientos, recoge tempestades y La caída de la Iglesia belga. )
