La decisión de separarse no es fácil de tomar, sbre todo, cuando se tienen hijos en común. Se inicia un nuevo periodo vital, asumiendo un fracaso y debiendo tomar determinaciones importantes, como la custodia de los hijos y con quién van a convivir desde ese instante.
Una de las cuestiones más espinosas a tratar es dicha custodia. Lo ideal es no tener que llegar a un Juzgado de Familia para establecerla y recurrir a una actitud dialogante para determinar cómo va a transucurrir la vida desde ese momento.
Los hijos, si son pequeños, no suelen opinar al respecto, sin embargo, a cierta edad, ya plenamente conscientes de las circunstancias, pueden hacerlo y preferir convivir con un progenitor u otro. Prestarles atención y seguir las pautas que ellos marquen depende de muchos factores que intervienen.
Evitar el conflicto requiere análisis de la posibilidades y de qué va a ser mejor para todos.