"SOLO COMÍA REPOLLO"

Mark Philippoussis, el tenista top que ganó millones y termino pasando hambre

Las lesiones que fueron permanentes hacia el final de su carrera y una mala administración de su fortuna explican lo sucedido

Mark Philippoussis, el tenista top que ganó millones y termino pasando hambre

Mark Philippoussis fue uno de los tenistas más destacados del circuito ATP durante la década de los 90.

El gigantón australiano, famoso por su terrorífico saque y sus eficaces voleas, valiéndose de su enorme estatura, ganó la Copa Davis con su país y fue uno de los tenistas habituales en las últimas rondas de los Grand Slam, donde destacaba especialmente en las superficies indoor o en la hierba londinense de Wimbledon.

Amasó una gran fortuna y la dilapidó hasta el punto de tener que pedir ayuda para comer. Dramático. No es el primer caso de deportista de élite que queda en la ruina.

Philippousis ha dejado atrás el momento más duro de su vida y afortunadamente ha resurgido para disfrutar de la vida junto a su esposa y dos hijos. El ex tenista, tras haber superado su crisis financiera, reveló su calvario en un capítulo del reality show en el que participa, un programa que consiste en un entrenamiento casi militar llamado «SAS Australia» en la televisión de su país.

Como parte del guion del programa, la consigna era contar el momento del que más se avergonzaban en su vida y el deportista nacido en Melbourne hace 44 años dio detalles sobre su pesadilla, que tuvo su peor momento en 2009:

«Estuve afuera durante varios meses. No podía permitirme mucho, la verdad. Tuve que pedirle a mis amigos que me compraran comida. Durante varios días seguidos, con mi familia comíamos una pasta con repollo, que terminó siendo una de mis comidas favoritas. Pero mi mamá le decía ‘comida de pobres’ porque es muy sencilla, es solo repollo con algunas especias y pasta. Me sentí muy avergonzado.Estaba en un lugar oscuro y tenía depresión.No hay mayor dolor que ver a mis seres queridos sufrir por mis acciones».

Las lesiones que fueron permanentes hacia el final de su carrera y una mala administración de su fortuna explican lo sucedido. Por ejemplo, en 2003, se compró un Dodge Viper valorado en 100.000 dólares sólo porque no quería volver a su casa en taxi. El coche lo vendería al día siguiente. Definió a su estilo de vida como «ridículo«, por malgastar su patrimonio en aglutinar una flota de deportivos de lujo y hasta 15 motos. Hasta que llegaron las deudas y los embargos.

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