El Gobierno Zapatero prohibía a los ayuntamientos pedir créditos

Otro bandazo

Han tenido que salir en tromba diciendo que era un fallo técnico

Al final, la austeridad está viniendo de la mano de la sociedad, empresarios, trabajadores, dependientes, jubilados y no de los políticos

Hace apenas unos días el presidente del Gobierno le decía a su parroquia desde Elche que no daba bandazos, que él no había cambiado y que lo que habían variado eran las circunstancias.

Era un mensaje teledirigido para quien no quiere enterarse y como el presidente tampoco ve la realidad o no la quiere ver para seguir en el poder aún a costa de que este país se vaya al carajo.

Pero, claro, la realidad es tozuda y no han pasado 48 horas cuando ya hemos asistido a otro bandazo y esta vez de los graves.

El decreto-ley de medidas reducción del déficit publicado en el BOE del pasado lunes contenía una norma que nadie conocía.

El Gobierno prohibía a los ayuntamientos pedir créditos. Había que ver a los consistorios montar reuniones extraordinarias para decidir inversiones y cuantías de endeudamiento.

Al igual que pasara con el primer Plan E no había tiempo para reflexionar ni para nada. Pero, cuál será la sorpresa que el martes por la mañana se hace pública una corrección de la citada norma.

Ahora las corporaciones locales se podrán endeudar hasta el 31 de diciembre de 2010. Qué no habrá pasado para que hayan tenido que cambiar el BOE y para que hayan tenido que salir en tromba diciendo que era un fallo técnico.

No hay más fallo que la improvisación. Una vez más se han hecho las cosas sin pensar, sin reflexionar. La medida puede ser discutida y discutible, pero no parece razonable que con los presupuestos locales aprobados para todo el año se cambien las reglas de juego a mitad de año.

Es increíble que cosas como esta aún nos sorprendan, pero lo que está en juego es tan grave que además nos irrita. La falta de credibilidad que transmite este gobierno es ya de aurora boreal y da una idea bien clara de que no se van a hacer bien las cosas que hay que hacer.

Al final, la austeridad está viniendo de la mano de la sociedad, empresarios, trabajadores, dependientes, jubilados y no de los políticos a pesar del gesto de bajarse el sueldo. La administración tira el dinero y los españoles ya empezamos a estar más que hartos del despilfarro.

Aquí nadie se baja del Audi, ni se prohíben las subvenciones, ni se cierran ministerios, organismos y empresas de las cuales podríamos prescindir sin ningún problema. Se dan bandazos continuos y nadie sabe a que atenerse.

Los mercados se lo están diciendo otra vez con subidas de los tipos de la deuda y con caídas brutales en la bolsa y no me cabe la menor duda de que los ciudadanos lo dirán en las urnas.

 

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