A vueltas con España.- Otro año difícil por delante

MADRID, 25 (OTR/PRESS)

Presionado por la Unión Europea y con muy poco margen de actuación, el Gobierno de Rodríguez Zapatero quiere recuperar la confianza de los mercados internacionales donde España se financia al precio que sea. Después, ya se verá si esa confianza también germina en el interior del país. Por eso contrae el gasto y presupuesta una rebaja del déficit, la mejor manera de indicarle a los mercados que la deuda española no ofrece riesgos. En este sentido, los Presupuestos Generales del Estado reducen el conjunto del gasto público el 7,9%, si bien no más del 3% si se comparan con los gastos ya recortados de 2010.

En resumidas cuentas, la prioridad de Zapatero es la reducción del déficit público, que ahora va camino de alcanzar el 6% en 2011, tras haber previsto cerrar este año con un 9%. Otras interpretaciones que se hacen desde el Gobierno en positivo y desde la Oposición en negativo hay que tomarlas con mucha cautela, porque lo que está ahora en juego es controlar el déficit. Si de paso se logra la recuperación económica y con ella aumenta el empleo es hoy por hoy una incógnita. Del mismo modo, parece exagerado hablar de manera entusiasta del gasto social, por mucho que suban un 1% las pensiones mínimas. Claro que eso tampoco justifica decir que todo es un desastre, como insinúa el PP; entre otras cosas porque si Mariano Rajoy recupera el poder para la derecha en 2012 puede encontrarse con muchos deberes hechos.

Quizá lo peor es que el Gobierno socialista admite para 2011 una tasa de paro superior al 19%, de modo que dentro de un año tendremos prácticamente los mismos parados que hoy. Por lo demás, en materia fiscal, hay mucho maquillaje y poca sustancia; en política de inversión, recortes importantes, y para el empleo público, más de lo mismo: menos plazas y congelación del salario de los funcionarios. Posiblemente se están sentando las bases de la recuperación a medio plazo, pero a corto toca sufrir, incluso si el Ejecutivo cumple su anunciado objetivo de un crecimiento del PIB del 1,3% en 2011. Lo preocupante es que generalmente el Gobierno suele ser optimista avanzando datos y si sus previsiones ya son malas, casi es mejor no imaginar cómo puede ser la realidad a un año vista. Si se pudiera habría que pensar ya en 2012, año en el que por cierto habrá elecciones, si antes no pasa nada.

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