Las reformas laboral, fiscal, energética, educativa se amontonan y la mayoría de ellas hay que abordarlas en los primeros días para generar la confianza que nos hace falta
Sus medidas tardías e inconexas no responden a ningún plan y no generan confianza ni dentro ni fuera. Es cuestión de tiempo.
Ahora lo importante es que el candidato a sustituirle en La Moncloa tenga claro, muy claro, lo que este país necesita. Cada día le llegan a Rajoy papeles y más papeles con las perentorias necesidades de España para salir de la ruina.
Faes, por ejemplo, acaba de editar dos documentos imprescindibles que Rajoy deberá tener muy en cuenta. La carga autonómica, empresarial pública y de contratados no es soportable. Claro que hay que hacer muchísimas más cosas.
Las reformas laboral, fiscal, energética, educativa se amontonan y la mayoría de ellas hay que abordarlas en los primeros días para generar la confianza que nos hace falta.
Parece que Rajoy lo entiende así y está hablando con todos los que pueden aportar las mejores ideas en estos campos y en otros.
Es la esperanza que les queda a los españoles: hay vida después del socialismo, aunque todo quede arrasado como un campo quemado. España puede salir adelante y volver a ocupar el lugar que le corresponde. Cierto que en mayo hay elecciones autonómicas y municipales, pero las claves en muchos casos son distintas.
En todo caso, los socialistas van a pagar caro en esas elecciones la forma de gobernar estos años y que nos ha llevado al pozo y a destrozar miles de ilusiones y esperanzas. Pero, creo que habrá que esperar a las generales, sean cuando sean, para dar un impulso, el certero, a este país que está pidiendo a gritos el cambio.
El año que viene se pronostica negro y ya es un clamor que cuanto más tarde Zapatero en disolver las cámaras y convocar a los ciudadanos a las urnas peor le va a ir al PSOE.
Todo el mundo espera escaramuzas, rubalcanadas, aunque, en mi opinión, nada va a colar.
NOTA.- este artículo s epublicó originalmente en La Gaceta.