La excusa de la crisis.

MADRID, 16 (OTR/PRESS)

Al amparo de la necesidad de un recorte de gastos, tras palabras tan pomposas como «redimensionar» la compañía para adecuarla al mercado, empresas absolutamente rentables aprovechan para despedir al personal.

En esta durísima crisis que está atravesando la economía española un buen número de empresas, sin más problemas que los derivados de las dificultades lógicas de los mercados internacionales, y con proyección de sus negocios fuera de España, han utilizado la excusa de la crisis para hacer recortes de plantilla que aumentan sus cuentas de beneficios.

El ejemplo más reciente y más palmario es el de Telefónica que, habiendo logrado en el ejercicio de 2010 unos beneficios de 10.167 millones de euros, los mayores conseguidos por una empresa española, anuncia un recorte del 20% de su plantilla.

Eso supone en puestos de trabajo que 5.600 empleados se irán a la calle. Para los demás ajuste. La dirección propone ligar salarios a productividad y otras medidas de semejante tenor porque la compañía, en España, está perdiendo clientes tanto en líneas fijas como en móviles.

Alguien podría pensar, sin necesidad de ser un genio, que algo de responsabilidad por su gestión tendrán los directivos de Telefónica que no han afrontado la llegada de la competencia con una política de reducción de tarifas muy apetecible para los consumidores.

Pues no. Los directivos van a ser premiados y además de manera pródiga. Para los tiempos que corren hay algunas cantidades que van a percibir los altos ejecutivos de esta compañía que parecen escandalosas. Se ha anunciado que se van a repartir cuatrocientos cincuenta millones de euros entre los directivos de la entidad. Además los miembros de su Consejo de Administración cobraron el año pasado la no desdeñable cifra de casi veintiocho millones de euros. Esta cantidad se repartió entre su presidente Cesar Alierta y los otros dos ejecutivos que se sientan en el Consejo: Linares y Alvarez-Pallete.

A lo mejor, si a alguno de los directivos que con tanto mimo cuida Telefónica, se le ocurriera hacer un análisis de el deterioro en el mantenimiento de las líneas de los teléfonos fijos, la falta de servicio técnico para la cobertura de averías en las líneas de ADSL, la inoperancia de los servicios de atención al cliente, el absoluto desinterés en las tiendas de Movistar por retener los contratos de los móviles y que no se vayan a la competencia, el negocio en España funcionaría mejor.

Lo que es vergonzoso es anunciar un reparto de bonus millonarios para los directivos mientras se prepara el despido del veinte por ciento de la plantilla. Así nos luce el pelo.

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