El presidente del PP, Mariano Rajoy, calificó hoy de «buena noticia» y «decisión tardía, pero buena» el adelanto de las elecciones al 20 de noviembre anunciado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, porque era, a su juicio, lo que deseaban la mayoría de los españoles.
En rueda de prensa en la sede del PP como las que suele ofrecer al final de todos los cursos políticos, Rajoy dijo de primeras que las circunstancias esta vez eran distintas por el anuncio de Zapatero, y por eso no quiso hacer balance de la legislatura, en la que llevaba un año pidiendo comicios anticipados, sino «hablar del futuro».
Según dijo, «el adelanto de las elecciones es lo que la mayoría de los españoles deseaba desde hace mucho tiempo y el PP también», y «por tanto es una buena noticia».
Ahora, interpretó, «los ciudadanos serán los verdaderos protagonistas» y las elecciones serán el impulso para salir de la grave situación en que se encuentra y afrontar con ilusión el futuro. Además, celebró que los presupuestos para el año que viene los vaya a aprobar el Ejecutivo entrante, si bien lamentó que no vaya a dar tiempo a aprobarlos el 31 de diciembre.
Rajoy dijo que la controversia en torno a la fecha del 20 de noviembre, aniversario de la muerte de Franco, es «poco relevante» y se negó a especular si será verdad que Zapatero la tenía pensada desde hace tiempo. No entró a valorar la figura de su rival directo, Alfredo Pérez Rubalcaba, recordando que siempre dijo que le «era igual» quién fuera el candidato socialista, pero sí adelantó su disposición a debatir en televisión con él, porque le «encanta» hacerlo.
Rajoy rehusó también comentar el Barómetro del CIS, que otorgaba siete puntos de ventaja en estimación de voto al PP, pero revelaba una reducción de tres respecto a la última edición del estudio y que él está ocho puntos por debajo de Rubalcaba en preferencia personal. Según el líder conservador, «el 22 de mayo hubo una encuesta», las elecciones autonómicas y municipales que ganó el PP, «y el 20 de noviembre habrá otra de verdad».
CRECIMIENTO Y EMPLEO
El presidente popular se centró, así, en esbozar el espíritu y las líneas generales del que será su programa de gobierno si gana las elecciones, focalizado en el crecimiento económico y la creación de empleo («Todo lo demás vendrá después», enfatizó), la regeneración del sector público y la reafirmación de la posición exterior del país.
«Soy consciente de que el Gobierno que salga de las urnas tendrá una tarea muy difícil, porque España tiene muchos problemas», certificó, para a continuación confiarse al horizonte temporal del que dispondrá y el «mandato claro y renovado de los españoles». Según dijo, el nuevo Gobierno contará con la confianza de los españoles y eso es ya una muy notable mejora de la situación».
Rajoy afirmó que España necesita retomar las «grandes tareas reformadoras», pero aclaró que «las reformas económicas no un fin en sí mismas, sino un instrumento» para mejorar la competitividad, el empleo, la confianza y la sociedad del bienestar.
A ellas añadió las encaminadas a «mejorar la política y las instituciones»; en este sentido, dijo que «no se trata sólo de hacer otras políticas sino de gobernar con otras actitudes», juzgó «imprescindible» recuperar la «concordia» y prometió un Gobierno de centro, moderacion, diálogo, modernidad y transparencia.
«Haré un Gobierno creíble, previsible y solvente en el que el conjunto de los españoles puedan confiar», proclamó. «Creo profundamente en España; somos una gran nación y hemos demostrado que, con un Gobierno dispuesto a liderar, somos capaces de afrontar todos los retos y dificultades».
