Es una indecencia y eso ya los ciudadanos lo han advertido y no creo que lo perdonen
El todavía presidente del Gobierno acude este 23 de agosto de 2011 al Congreso a explicar las nuevas medidas que aprobó el Consejo de Ministros del viernes.
Según escribe Carmen Tomás en La Gaceta, dirá que son exigencias para reducir el déficit público.
En realidad, nos venderá unas cuantas motos usadas que de ninguna manera van a solucionar lo mollar de esta nueva crisis que están viviendo los mercados y las economías y que es, prácticamente, de tamaño mundial.
En verdad, mientras el mundo entraba en pánico y los Gobiernos de la mayoría de nuestros socios se reunían y tomaban medidas, el nuestro ha estado sesteando hasta el viernes pasado.
Es más, el propio Zapatero no ha hecho ni una sola declaración para transmitir algo de sosiego. Quizás ya ni sale porque lo que realmente transmite es más miedo.
Hoy saldrá porque no le ha quedado más remedio ante la petición reiterada de la oposición de que hiciera algo.
Estamos intervenidos y dudo mucho que las medidas aprobadas el viernes tranquilicen al BCE y al eje francoalemán. No sólo es poco dinero el que se recorta de allí y allá, sino que algunas son medidas que incluso pueden agravar la situación de muchas empresas.
El Gobierno está de retirada y no sabe cómo dejarle al que venga la papeleta de solucionar todo lo que hay pendiente y que es mucho gracias a la irresponsabilidad, ineficacia e inoperancia de Zapatero y sus mariachis.
Se van a ir, eso nadie lo duda, pero sin dejar ni medio hilvanado el problema autonómico, local y financiero. Vuelven a arañar de aquí y de allí haciendo más daño que otra cosa. El Gobierno tiene ya poco crédito y el llamado a sustituir a Zapatero no cuaja.
Cómo va a cuajar alguien que ahora, después de casi ocho años en el Gobierno, dice tener la varita mágica para solucionar los problemas y ni la puso encima de la mesa entonces, ni está dispuesto a ponerla ahora a pesar del sufrimiento de tanta gente.
Es una indecencia y eso ya los ciudadanos lo han advertido y no creo que lo perdonen. No más cuentos chinos, por favor.