Cuando la situación económica de un país como España está a la cola de la Unión Europea, cuando hay cinco millones de parados, cuando no se abonan los gastos a las residencias de mayores en Cataluña porque entre el tripartito y los rancios nacionalistas se han pulido todo el parné, lo normal es llegar al punto de depresión más absoluta o, como en el caso del protagonista de la fotografía, tomarse todo a chacota, sobre todo cuando los sindicatos también son víctimas de la pasividad más lacerante.
Y es que, como reza el clásico, una imagen vale más que mil palabras y este manifestante muestra de manera desternillante su total oposición al nulo papel de las centrales de Cándido Méndez (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO). No está mal echarle unas dosis de humor en tiempos de crisis.