El acento del avance de la economía española se puso en el volumen, en el tamaño, no en la calidad, no en la inversión, no en la productividad, porque si se hubiese hecho … España no hubiese crecido lo que creció
Santiago Niño Becerra insiste en que no se está diciendo la verdad sobre la crisis e ironiza con el futuro del Gobierno.
«¿Te has dado cuenta de que en las películas de ciencia ficción nunca hay gobiernos democráticos en las estructuras del futuro?», escribe el economista para hablar de «imperios o similares» a renglón seguido.
Becerra pone como ejemplo las últimas previsiones del FMI, que empeoran para 2013 y mejoran para 2012 cuando la realidad es que todo está igual de mal que estaba hace unos meses.
«La sensación es la de que las cosas se van administrando a cuenta gotas, alternando dos o tres gotas amargas con una más suave. Todo un poco peor pero sin dramatismos».
El profesor mantiene que el problema de España es que no tiene modelo productivo y que su deuda seguirá aumentando sin parar, lo que nos conduce a una espiral de la que será muy difícil salir.
Por eso, y porque el deterioro continuará mientras se busca un nuevo camino, no tiene sentido que nadie diga que las cosas van a mejorar o que no se asuma que lo peor está por venir.
El esquema que propone Niño Becerraen su blog La Carta de la Bolsa es sencillo, porque independientemente de las cifras macro, el bienestar de la ciudadanía tenderá a retroceder al ritmo que lo hace la recaudación fiscal.
«Muchas de las vías que España utilizaba para generar PIB están agotadas por lo que continuar con la misma configuración de modelo e incluso de país imposibilita crecer y ocupar a la población activa que ahora se halla desempleada».
Añade que cuanto peor vayan las cosas más habrá que plegarse a las exigencias que vienen del extranjero.
Así las cosas, la situación del Gobierno español y el futuro de la política nacional tal y como la conocemos podría tener los días contados.
Por eso, Niño Becerra lanza una pregunta para intentar reflejar que serán los acreedores los que acaben tomando el control de la situación a través de un ente más o menos global:
«¿Te has dado cuenta de que en las películas de ciencia ficción nunca hay gobiernos democráticos en las estructuras del futuro?».
Es cierto: no los hay, todos son imperios o similares y formas de gobierno en las que los poderosos determinan destinos globales. ¿Premonitorio?.
Ayer el Sr. Ministro de Economía dijo cosas clarificadoras en una charla que ofreció en Barcelona.
Habló de desequilibrios acumulados: alto endeudamiento privado y burbuja inmobiliaria, lo que no dijo es que España creció así porque no podía crecer de otro modo, es decir, la alternativa a esos desequilibrios era crecer muchísimo menos de lo que creció, por lo que España hubiese ido muchísimo menos bien, por lo que las entidades financieras, cono el banco en el que él se desempeñaba profesionalmente, tampoco hubiesen ido tan bien como fueron.
Habló también de que España había perdido competitividad. Lógico: el acento del avance de la economía española se puso en el volumen, en el tamaño, no en la calidad, no en la inversión, no en la productividad, porque si se hubiese hecho … España no hubiese crecido lo que creció.
España va a menos, ¡a menos! debido a que ni va a volver a poder hacer lo que hizo cuando fue bien, ni va a poder sustituir lo que hizo para ir bien por otras coas para volver a ir bien. Al menos no en la totalidad de esa entidad jurídica que se denomina España.